Iwao Hakamada, el Prisionero Más Longevo en el Corredor de la Muerte, Finalmente Absuelto en Japón

En un emotivo veredicto que ha resonado en todo el mundo, Iwao Hakamada, el hombre que pasó 47 años encarcelado, la mayoría en el corredor de la muerte, fue absuelto por un tribunal japonés en un nuevo juicio tras la anulación del primero. A sus 88 años, Hakamada, que fue condenado injustamente a la pena capital en 1968 por un crimen que siempre negó, ha luchado incansablemente por su inocencia.

El Tribunal de Shizuoka, bajo la presidencia del juez Koshi Kunii, declaró que se habían presentado pruebas falsificadas en su contra, lo que culminó en su injusta condena. Hakamada había sido acusado de asesinar a una familia, compuesta por el dueño de una fábrica de miso donde trabajaba, su esposa y sus dos hijos, y posteriormente de incendiar su hogar. Estos hechos, que datan de 1966, lo llevaron a vivir una pesadilla que duró más de cuatro décadas.

La absolución de Hakamada destapa una vez más las preocupaciones sobre la fiabilidad de las prácticas policiales y judiciales en Japón, especialmente en casos capitales. La insistencia de Hakamada en que las prendas de ropa manchadas de sangre, que coincidían con su ADN y que fueron halladas en uno de los tanques de miso, habían sido colocadas allí para inculparlo, finalmente encontró eco en el tribunal, que determinó la existencia de falsificación de pruebas por parte de las autoridades.

Este caso sin precedentes ha marcado la quinta vez en la historia de Japón posguerra que un condenado a muerte es absuelto después de la repetición de su juicio, siendo el último caso similar registrado hace 35 años. El tribunal ahora deberá determinar el monto de la compensación para Hakamada, considerando sus casi cinco décadas detrás de las rejas, aunque este monto podría verse afectado si la fiscalía decide apelar el nuevo veredicto en un plazo de dos semanas.

La noticia de su absolución no solo brinda un rayo de esperanza a aquellos que permanecen injustamente en prisión sino que también insta a una reflexión más profunda sobre los sistemas judiciales a nivel mundial. La debilitada condición mental de Hakamada, producto de los largos años de encarcelamiento, pone de manifiesto el irreversible daño que puede causar un error judicial. Este histórico fallo, por ende, no solo libera a un hombre de la sombra de la horca sino que también llama a una reconsideración urgente sobre el uso de la pena de muerte y la justicia penal en general.

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