En una operación nocturna que intensifica el conflicto regional, Israel ha lanzado una serie de bombardeos contra almacenes de armas y posiciones militares en Siria, pertenecientes a las fuerzas del depuesto presidente sirio, Bashar al Asad. Esta acción, informada por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, apunta a desactivar la antigua infraestructura militar del régimen sirio en un esfuerzo por controlar la dispersión de armas en la región.
Los ataques aéreos se centraron en la provincia de Hama, noroeste de Siria, afectando tanto almacenes de armamento como centros de investigación. Una posición militar en la vecina región de Homs también fue objetivo, siendo alcanzados sistemas de defensa antiaérea cerca de la frontera con el Líbano, lo que demuestra la intención de Israel de neutralizar cualquier amenaza residual del ejército sirio.
Desde el derrocamiento del régimen de Al Asad el pasado 8 de diciembre, Israel ha acelerado sus campañas aéreas, destruyendo cientos de objetivos militares en territorio sirio. La persistencia de estos ataques subraya el objetivo de Israel de evitar que la infraestructura y el armamento caigan en manos de fuerzas insurgentes, consolidando así su posición de seguridad regional.
En respuesta a la caída del gobierno sirio y como medida preventiva, Israel ha desplegado tropas en la zona desmilitarizada con Siria, en una movida que ha sido considerada por varios países árabes y organizaciones internacionales como una violación al acuerdo de separación de fuerzas de 1974. A pesar de este contexto geopolítico tenso, el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, ha sostenido que mantener posiciones en el lado sirio del monte Hermón durante los meses de invierno es una necesidad imperativa para la seguridad nacional. Israel, que ya ocupa la mayor parte de los Altos del Golán desde la guerra de 1967, ajusta su estrategia de seguridad en respuesta a los cambios dinámicos en la frontera siria.
Este desarrollo no solo refleja la complejidad del conflicto sirio y las intervenciones extranjeras asociadas, sino también cómo la caída de Al Asad ha reconfigurado estrategias militares en la región. Con el espectro de armas y tecnología militar potencialmente volviéndose accesibles para nuevos actores en el conflicto, Israel parece determinado a mantener su superioridad militar y seguridad a través de estos contundentes actos de fuerza.