En un tenso desarrollo de eventos en el Medio Oriente, Israel ha realizado bombardeos en el centro de Beirut este martes, impactando severamente un edificio cercano a la mezquita de Jatam al Anbia en el barrio de Nuweiri, a pesar de las expectativas de un posible acuerdo de alto el fuego en el Líbano con el grupo chií libanés Hezbolá.
El ataque ha resultado en la trágica pérdida de siete vidas y ha dejado heridas a otras 37 personas, según ha informado el Centro de Operaciones de Emergencia de Salud Pública del Líbano. La Agencia Nacional de Noticias libanesa describe el asalto como «un ataque muy violento» realizado por aviones de combate israelíes. Evidencia adicional sugiere que el inmueble afectado ofrecía refugio a personas desplazadas por previos bombardeos israelíes, aunque hasta el momento, un balance oficial de víctimas por este último ataque no ha sido provisto.
Además, una serie de bombardeos a gran escala se ejecutaron contra más de una decena de sitios en los suburbios meridionales de Beirut, conocidos colectivamente como el Dahye, poco después del incidente cerca de la mezquita. Esto siguió a las órdenes de evacuación emitidas por Israel en varios puntos de esta zona densamente poblada, indicando un ataque deliberado sobre zonas asociadas con Hezbolá.
Un portavoz militar israelí mencionó que estas áreas contenían «instalaciones e intereses» de Hezbolá, y afirmó que Israel había atacado «ampliamente» varios objetivos pertenecientes al grupo armado. Estas declaraciones surgen momentos antes de que el Gabinete de Seguridad de Israel convocara a una reunión para «discutir y aprobar el acuerdo» de alto el fuego, con el primer ministro Benjamín Netanyahu habiendo aceptado ya «en principio» dicho acuerdo.
Los ataques se producen en un momento crítico de las negociaciones de paz en la región, planteando preguntas acerca de la sincronicidad entre las operaciones militares de Israel y sus esfuerzos diplomáticos para alcanzar una tregua. La comunidad internacional observa con atención el desarrollo de estos eventos, mientras las autoridades libanesas y equipos de emergencia continúan con las labores de rescate y asistencia a los afectados por la última ola de violencia en el corazón de Beirut.