En la madrugada del miércoles al jueves, la Armada israelí llevó a cabo la interceptación de varias embarcaciones de la Flotilla Global Sumud, deteniendo a los activistas a bordo. Esta acción, que puso fin a una misión que buscaba brindar ayuda humanitaria a Gaza y evidenciar la situación política en la región, ha suscitado denuncias de uso excesivo de la fuerza por parte de los activistas. Desde el Ministerio de Exteriores israelí informaron que los detenidos, entre los que se encuentra la conocida activista Greta Thunberg, se encuentran «sanos y salvos», aunque la operación ha sido calificada de provocativa por las organizaciones involucradas.
La flotilla, compuesta por 47 embarcaciones y más de 500 activistas, pretendía desafiar el bloqueo marítimo impuesto por Israel en 2009 y transportar alrededor de 250 toneladas de ayuda humanitaria. Sin embargo, al aproximarse a las costas israelíes, se manifestaron desacuerdos internos, destacando las tensiones entre Thunberg y otros líderes del grupo sobre la dirección de la misión. A pesar de las ofertas de desvio de la carga a puertos alternativos, los tripulantes decidieron continuar, lo que concluyó en la orden de no permitir su acceso a las aguas.
Las autoridades israelíes, que se encontraban en el contexto del Día de Yom Kipur, han señalado que esta acción a bordo de la flotilla no solo tenía un carácter humanitario, sino que responde a un plan de provocación vinculado a Hamás. Tras su detención, los activistas serán trasladados a un puerto en Ashdod y, posiblemente, deportados, generando un fuerte despliegue de seguridad y atención mediática por parte de Israel, que reflejó en tiempo real la situación para contrarrestar cualquier narrativa adversa.
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