El Gobierno de Israel ha puesto en marcha un ambicioso plan para duplicar la población en los Altos del Golán ocupados, anunció este domingo la oficina del primer ministro Benjamin Netanyahu. Con un presupuesto de 10 millones de euros, el proyecto busca absorber residentes adicionales, elevando el número de habitantes de los actuales 50,000, distribuidos en unos 30 asentamientos entre judíos y drusos. “Fortalecer los Altos del Golán es fortalecer al Estado de Israel”, declaró Netanyahu, subrayando la importancia del momento.
Esta medida se produce en un contexto en el que Israel también ha extendido su presencia a la zona desmilitarizada siria, alegando razones de seguridad tras la disolución del régimen del presidente Bashar al Assad. La operación ha sido criticada internacionalmente, con la Unión Europea, Estados Unidos y varios países árabes solicitando a Israel que revoque su avance. Arabia Saudí fue uno de los primeros países en condenar la expansión en el Golán, describiéndola como un sabotaje a las perspectivas de paz en Siria.
Además, el Gobierno de Qatar, en un comunicado, condenó lo que calificó como una «flagrante violación» del Derecho Internacional, instando a la comunidad internacional a actuar contra las agresiones de Israel. Igualmente, desde Emiratos Árabes Unidos se ha criticado la decisión israelí, alertando sobre los posibles efectos desestabilizadores en la región.
Incluso más allá de los países árabes, la reacción ha sido de condena. El Ministerio de Exteriores de Irak ha denunciado la expansión como una «violación flagrante» del orden legal internacional, y los rebeldes hutíes de Yemen han subrayado que tal medida viola la resolución 497, adoptada por el Consejo de Seguridad de la ONU en 1981, que declaraba sin efecto legal la anexión israelí del Golán.
El paso de Israel para aumentar su presencia y población en los Altos del Golán destaca las crecientes tensiones y desafíos en la región, enfrentando críticas internacionales y llamados a respetar las resoluciones de la ONU y el Derecho Internacional. Con el mundo observando, las consecuencias de esta expansión son aún inciertas, pero claramente señalan una nueva fase de confrontación en el ya complejo escenario de Medio Oriente.