Israel Afirma su Resolución Defensiva: Nuestras Manos Permanecen Firmes

Entre vítores y aplausos, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, fue recibido en el Congreso de Estados Unidos, marcando su cuarto discurso ante esta institución. Este evento coincidió con un día trágico para Palestina: al menos 120 palestinos perdieron la vida en Jan Yunis, al sur de Gaza, víctimas de una nueva ofensiva militar.

El contraste fue notorio frente al Capitolio, donde centenares de manifestantes se congregaron pidiendo el cese del «genocidio» en Gaza y un alto el fuego en la Franja. La protesta culminó con al menos 200 arrestos, un llamado que pareció distante de materializarse, ya que Netanyahu abogó por la continuación del conflicto, desestimando las acusaciones falsas citadas por la Corte Internacional de Justicia sobre el cese de las hostilidades.

Netanyahu calificó las protestas como maniobras promovidas por Irán, escalando las tensiones al ridiculizar los lemas de las mismas y defendiendo la histórica vinculación de Israel con la tierra de sus ancestros. Argumentó la necesidad de una alianza inquebrantable entre Estados Unidos e Israel para enfrentar a quienes amenazan la civilización, siendo reverenciado con ovaciones por sus declaraciones.

En el trasfondo de este apoyo político resonaba un llamado alarmante desde Gaza, ilustrado por la imagen de un niño palestino circulando entre tiendas de campaña improvisadas como refugios, mientras se intensificaban las preocupaciones por la propagación de enfermedades como la polio entre una población atrapada en el conflicto.

La política exterior y las relaciones bilaterales adquirieron un tono personal cuando Netanyahu agradeció al presidente Joe Biden, quien recientemente renunció a su candidatura demócrata, alabando su firme apoyo a Israel como un «sionista irlando-estadounidense». Recordó el viaje de Biden a Israel en uno de sus peores momentos, tras un ataque de Hamás, el cual fue el preludio de la actual guerra en Gaza, resaltando una tragedia humana con más de 39,000 víctimas.

Pese a la solidaridad expresada en el Congreso, las peticiones de Israel por más armamento para «terminar el trabajo más rápido» y la invitación de los republicanos a Netanyahu revelan la complejidad de una relación proyectada sobre el backdropeguerra. Mientras tanto, la administración de Biden ha expresado críticas a las operaciones militares israelíes por los ataques sobre poblaciones civiles y restricciones a la ayuda humanitaria, revelando una tensión creciente marcada por las difíciles consecuencias humanitarias de este conflicto.

La actuación de Israel, respaldada aún por el mayor suministrador de armas, Estados Unidos, confronta a la comunidad internacional con el dilema de la intervención humanitaria frente a argumentos de seguridad nacional, un debate que, hasta ahora, se inclina peligrosamente hacia un continuo derramamiento de sangre sin un fin a la vista.

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