En recientes declaraciones realizadas en Cuenca, la ministra de Vivienda y Agenda Urbana, Isabel Rodríguez, defendió la necesidad de la intervención estatal en el mercado inmobiliario, especialmente en casos donde la oferta de alojamientos turísticos afecta directamente la disponibilidad y el precio de la vivienda residencial. Según Rodríguez, esta situación no solo infla los precios, sino que también hace que el acceso a la vivienda para los ciudadanos sea cada vez más complicado.
La ministra señaló que la proliferación de alojamientos turísticos está provocando que barrios enteros pierdan sus residentes habituales, lo cual podría derivar en un cambio del modelo de ciudad tradicional. Rodríguez enfatizó que es imprescindible que las ciudades sean habitadas por vecinos para mantener su esencia y evitar la desaparición del concepto mismo de ciudad.
Rodríguez destacó que la responsabilidad del Estado no contradice la importancia del turismo, un sector estratégico para el país, pero abogó por un turismo que sea sostenible social, medioambiental y económicamente. La ministra enfatizó que su principal preocupación radica en garantizar la vivienda como un bien social esencial, ya que sin ella no es posible desarrollar proyectos de vida ni que las empresas puedan contratar trabajadores, algo que ya se observa en determinadas zonas.
La ministra ha dado un paso adelante al convocar a las comunidades autónomas y a la Federación Española de Municipios y Provincias para discutir y alcanzar un gran pacto nacional que permita tomar decisiones efectivas al respecto. Rodríguez también mencionó que se ha aprobado un reglamento europeo sobre el alquiler temporal y vacacional y citó sentencias recientes del Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea, las cuales reconocen la necesidad de actuar por parte del Estado cuando el mercado de alojamientos turísticos limita el acceso a la vivienda.
La ministra finalizó indicando que todas estas cuestiones deben ser estudiadas con detenimiento para realizar la intervención estatal adecuada, actuando «sin prisa, pero sin pausa».