En Irueste, un municipio situado en la Alcarria de Guadalajara, la búsqueda de una persona o familia para gestionar el bar municipal ha terminado con éxito, tras un llamamiento del alcalde, Pedro del Olmo, realizado hace menos de tres meses. Una pareja de unos 50 años ha dejado su vida en Tarragona para asumir el reto de revivir el punto de encuentro esencial de esta localidad de tan solo 40 habitantes durante el invierno.
Ante la posibilidad de que el único bar del pueblo cerrara sus puertas tras la jubilación de su anterior gestor, la propuesta del Ayuntamiento se orientó a mantener vivo el espíritu comunitario del municipio, evitando su declive. El bar no solo sirve como un lugar de reunión donde los residentes pueden socializar, jugar a las cartas o simplemente disfrutar de la compañía de amigos, sino también como un símbolo de la identidad del pueblo.
La oferta publicada por el Ayuntamiento de Irueste, que implicaba un alquiler simbólico de 10 euros mensuales, además de cargos moderados por el consumo de electricidad y la vivienda gratuita, atrajo una asombrosa cantidad de interés. Con más de 4,000 mensajes recibidos en el correo electrónico proporcionado ([email protected]), la convocatoria resonó a nivel global, atrayendo a interesados de Latinoamérica, las islas, Portugal y hasta aquellos que confundieron la Guadalajara española con su homónima en México.
La pareja que decidió emprender esta aventura en Irueste ya gestiona el bar desde principios de febrero, brindando un nuevo aliciente a los habitantes locales. El establecimiento permanece abierto en horarios estratégicos para fomentar la convivencia dentro de la comunidad.
A pesar de representar un desembolso notable para las arcas municipales, Del Olmo insiste en que este tipo de iniciativas es fundamental para garantizar la supervivencia de los pueblos pequeños. «Es el único sitio de charla con alguien y ver gente en invierno», enfatiza, destacando la importancia del bar como epicentro social.
El alcalde está consciente de que los ingresos en invierno pueden no ser significativos, pero el apoyo municipal se fortalece con subsidios. La situación mejora durante el verano o la temporada de caza, épocas en las cuales aumenta la afluencia de visitantes. Del Olmo confía en el entusiasmo y dedicación de la nueva pareja a cargo, quienes han acogido la oportunidad de dar nueva vida al bar y, con ello, al pueblo de Irueste.
