En un acto de solidaridad con el pueblo palestino y en protesta por las continuas acciones militares de Israel en Gaza, aproximadamente 4.000 personas salieron a las calles de Madrid este sábado. La protesta, que también buscaba condenar lo que muchos consideran un acto de genocidio por parte de Israel, coincidió con la conmemoración del 76 aniversario de la Nakba, un evento que marcó el primer éxodo masivo palestino tras la creación del Estado de Israel.
Los manifestantes, clamando por la paz, exigieron un cese al fuego inmediato en Gaza y solicitaron al Gobierno español cortar todas las relaciones diplomáticas y comerciales con Israel. La concentración también se enfrentó a la polémica participación de Israel en la final de Eurovisión, punto que no pasó inadvertido para los políticos asistentes.
Entre los manifestantes se encontraba la exministra Irene Montero, junto con miembros destacados de Podemos como Ione Belarra. Montero, especialmente crítica con la situación, utilizó la plataforma de Eurovisión para pedir a la delegación española un boicot al evento, marcando una postura clara contra la participación de Israel.
En un enérgico discurso, Montero condenó la falta de acción de RTVE, criticando su decisión de no tomar una postura firme como lo han hecho otras emisoras públicas europeas. Sostuvo que la actuación de España en el festival —previamente programada con la artista Nebulossa— debería ser suspendida como forma de protesta. Además, exigió la dimisión inmediata de las principales figuras dentro de la delegación española de Eurovisión, argumentando su inacción y falta de responsabilidad moral frente a los hechos.
La exministra traspasó sus reproches al Gobierno de Pedro Sánchez por mantener relaciones con Israel, calificando esta actitud de «hipócrita» y de «complicidad», a pesar de las iniciativas lideradas por el gobierno para el reconocimiento del Estado palestino. Este punto recalca la compleja red de intereses y las difíciles decisiones políticas en el marco de conflictos internacionales.
La manifestación en Madrid, más allá de expresas disidencias puntuales como la participación en Eurovisión, destaca el creciente clamor por la paz y la justicia en regiones afectadas por conflictos bélicos. Los llamados a la acción y solidaridad con el pueblo palestino no solo resuenan en las calles españolas, sino que se amplifican en el contexto de eventos internacionales, buscando ejercer presión sobre los actores involucrados y promover una resolución al conflicto en Oriente Medio.
