En horas de la madrugada de este martes, se registró el inicio de una invasión israelí en el territorio del Líbano, desencadenando una serie de movimientos políticos y militares de gran envergadura. Fuentes de la Casa Blanca, comunicando con medios estadounidenses, han puesto en alerta sobre una posible y drástica escalada en las tensiones regionales: Irán podría estar preparándose para lanzar un ataque con misiles balísticos contra Israel en las próximas horas. Este ataque, según reportes del The New York Times, no solo estaría limitado a misiles balísticos, sino que también incluiría el uso de misiles de crucero y drones, marcando un precedente significativo al ser el primer ataque de este tipo desde territorio iraní hacia Israel.
La comunidad internacional mantiene la mirada fija en las preparaciones defensivas de Israel, las cuales han sido activamente apoyadas por Estados Unidos. «Estamos apoyando activamente las preparaciones defensivas para proteger a Israel frente a este ataque», señaló un alto funcionario estadounidense bajo condición de anonimato, destacando la anticipación de la inteligencia de EEUU sobre el lanzamiento de una ola de misiles balísticos por parte de Irán, esperada para las siguientes 12 horas, presumiblemente tras el anochecer. La alerta llega en un momento crítico, tras el lanzamiento de una incursión terrestre por el ejército israelí en el sur del Líbano, dirigida contra posiciones de Hezbolá, instando a la evacuación y desplazamiento de miles en la región.
Daniel Hagari, portavoz militar israelí, confirmó la recepción de la alerta estadounidense sobre el inminente ataque iraní. Sin embargo, aseguró que, hasta el momento, las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) no han detectado ninguna amenaza aérea directa de Irán. Pese a ello, reiteró que tanto la Cúpula de Hierro, como la fuerza aérea israelí, están plenamente preparadas para repeler cualquier ofensiva. Sin adentrarse en detalles, Hagari subrayó el firme posicionamiento de Israel frente a posibles ataques: «El fuego iraní sobre Israel traerá consecuencias».
La escalada de tensiones ocurre tras una serie de ofensivas por parte de Israel en el Medio Oriente, incluyendo el asesinato de Hasan Nasrallah, jefe de la milicia libanesa, y ataques en Yemen, Siria, Irán, y Beirut. Estas acciones han levantado especulaciones sobre la posibilidad de una guerra total en la región, un escenario temido pero que parece cobrar fuerza con cada movimiento en el tablero geopolítico. Benjamin Netanyahu, en una declaración que refuerza la postura israelí, afirmó: «no hay lugar en Irán u Oriente Próximo al que no llegue el largo brazo de Israel».
Especialistas y ex funcionarios militares israelíes, como Israel Ziv, dan cuenta de un cambio en la percepción del “Eje de la Resistencia”, liderado por Irán. La reciente ofensiva contra Hezbolá ha propiciado un sentimiento de alta moral y casi euforia dentro de Israel, aunque se reconoce que esto no marca el fin de las hostilidades. En medio de este panorama, el pronóstico es incierto, y la región se mantiene en vilo ante los próximos acontecimientos, los cuales podrían determinar el curso de la estabilidad en el Medio Oriente.