Las sanciones impuestas a Irán por su incumplimiento con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) comenzarán a aplicarse mañana, tras la decisión del Consejo de Seguridad de rechazar una propuesta de Rusia y China que buscaba extender por seis meses el plazo para que Teherán cooperara. La votación resultó en cuatro apoyos, nueve en contra y dos abstenciones, lo que cerró las puertas a la resolución que pretendía suavizar la presión sobre la República Islámica.
Los países europeos que componen el grupo E3—Francia, Alemania y Reino Unido—han impulsado estas sanciones, argumentando que Irán no ha cumplido con los compromisos del acuerdo nuclear de 2015, del cual Estados Unidos se retiró en 2018. A partir de mañana, las medidas autorizarán inspecciones en aviones y buques iraníes, además de congelar activos económicos del país y prohibir viajes a individuos y entidades iraníes.
A pesar de estar sometido a diversas limitaciones económicas, Irán sostiene la producción de 4.8 millones de barriles diarios de petróleo y gas, exportando la mayoría a China. Mientras tanto, el embajador adjunto de Rusia en la ONU criticó las sanciones como un resultado de «política hipócrita» de Occidente, defendiendo que Teherán ha actuado de manera constructiva frente al OIEA, y sugiriendo que el diálogo debería primar sobre el desgaste diplomático.
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