En un reciente comunicado, Irán ha condenado vehementemente el ataque efectuado por Israel sobre posiciones hutíes en el puerto yemení de Hodaida, describiendo la ofensiva como una aventura peligrosa que amenaza con escalar y expandir el conflicto en la región. Según las declaraciones del portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Naser Kananí, recogidas por Press TV, este ataque no solo hirió aproximadamente a 80 personas sino que también constituye un grave peligro para la estabilidad y la paz en Oriente Medio.
La acción militar israelí, que tuvo lugar el sábado, fue dirigida contra las fuerzas hutíes en Yemen, aliados de Irán, y ha sido motivo de una fuerte denuncia por parte de Teherán. Irán, que ha sido un apoyo constante para los hutíes, advierte sobre el peligro de tales intervenciones por parte de Israel, indicando que podrían conducir a un conflicto ampliado y potencialmente desastroso en la región.
Las víctimas del ataque israelí en Al Hodeida sufrieron principalmente quemaduras graves, y el número de heridos subió a 87, con al menos tres fallecimientos reportados hasta el momento. Los ataques se concentraron en instalaciones estratégicas, incluidos depósitos de petróleo y una planta de energía, intensificando la ya volátil situación en Yemen.
En la otra cara de la moneda, Israel ha reportado haber interceptado un misil tierra-tierra en el mar Rojo, disparado desde Yemen, lo que indica una continuación en el intercambio de hostilidades entre ambas partes. El sistema de defensa aérea Arrow 3, empleado por Israel para interceptar este misil, demuestra la creciente intensidad y alcance de este conflicto.
La confrontación no solo se limita a los intercambios militares pero también se extiende al plano político y diplomático, con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, haciendo un llamamiento al mundo para apoyar a Israel en su lucha contra lo que describe como un «eje del mal» liderado por Irán. Este eje incluiría, según Netanyahu, a grupos como Hamás, Hizbulá y los hutíes, planteando una amenaza no solo para Israel sino para la paz mundial.
Este último capítulo en el conflicto entre Israel y las fuerzas apoyadas por Irán en Yemen destaca la frágil estabilidad en Oriente Medio y la facilidad con la que las acciones militares pueden escalar, implicando a múltiples actores en un conflicto que tiene amplias repercusiones regionales e internacionales. La comunidad internacional observa con creciente preocupación, consciente de que sin una solución diplomática, la escalada puede llevar a una guerra de consecuencias impredecibles.
