Investigadores de Castilla-La Mancha Descubren Variedades de Vid Resilientes al Cambio Climático como Alternativas a la Tempranillo

Investigadores de C-LM identifican variedades de vid alternativas a la Tempranillo mejor adaptadas al cambio climático

En un esfuerzo continuo por contrarrestar los efectos del cambio climático en la viticultura, científicos del Instituto de la Vid y el Vino de Castilla-La Mancha (Ivicam), entidad vinculada a la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, han llevado a cabo relevantes descubrimientos en torno a la identificación de variedades de vid resistentes a las nuevas condiciones climáticas. El estudio consideró factores tales como la adaptación al estrés término y sequía que podrían prevalecer en varios terrenos de cultivo vitícolos.

La investigación señala que la Tempranillo, una de las cepas tintas emblemáticas de España y ampliamente cultivada en la región, se ha visto cliente de ciertos desafíos planteados por la variabilidad climática, afectando negativamente tanto en la calidad como en las producciones de muchos viñedos, principalmente aquellos ubicados en zonas de clima comprensiblemente más meridional.

El estudio, caracterizado por su búsqueda de rutas sostenibles y una productividad a largo plazo, ha descubierto que las variedades de vid Benedicto y Moribel son potenciales candidatas para suplantar o complementar a la cepa Tempranillo. Estas variedades no solo están genéticamente relacionadas con la Tempranillo—siendo Benedicto uno de los progenitores y Moribel uno de los descendientes—sino que además logran mantener el rendimiento sin sacrificios notables bajo escenarios climáticos adversos.

Los hallazgos forman parte del corpus investigativo de la tesis doctoral de Sergio Serrano Parra, ‘Evaluación del comportamiento de diferentes variedades de vid cultivadas bajo condiciones de sequía’, y son el resultado de la colaboración entre la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) y el Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal de Castilla-La Mancha (Iriaf). La variedad Benedicto, en particular, ha demostrado tener unas cualidades cualitativas más sobresalientes que las de Tempranillo, lo cual indica que podría adaptarse mejor a los desafíos venideros de la industra vitivinícola.

En cuanto a la variedad Moribel, si bien su desempeño fue calificado solo como «en menor medida», se destacaron sus propiedades en cuanto a acidez y pH. Ambas variedades generan vinos con cualidades organolépticas parecidas a las de un vino Tempranillo, pero en catas especializadas, los expertos han manifestado preferencias por los vinos resultantes de Benedicto y Moribel, lo cual refuerza la hipótesis de que estas variedades podrían introducir mejoras a las características de los vinos tradicionales en un futuro marcado por condiciones climáticas cambiantes.

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