Este lunes, varios agentes de Policía que formaron parte de la investigación del crimen de Las Seiscientas, donde murieron dos personas, comparecieron en el juicio que se lleva a cabo en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Albacete. Durante el proceso, el investigador jefe de la Policía Judicial que lideró el caso reafirmó la culpabilidad del acusado, basándose en diversas pruebas y conclusiones obtenidas durante la investigación.
El jefe del grupo 2º de la Policía Judicial de Albacete, durante sus declaraciones, explicó que la investigación fue imparcial, evaluando a ambas familias involucradas en el conflicto. Sin embargo, destacó que la familia del acusado presentó desde el inicio «un relato poco coherente e ilógico», a diferencia de la otra familia, que mostró una versión consistente y parecía visiblemente afectada por lo ocurrido.
El testimonio del investigador también puso de relieve la conducta sospechosa del acusado al ser encontrado en su vecindario pasadas las doce de la noche, vestido de manera diferente y con signos de haber tomado una ducha, aunque se mostró «muy calmado». Aseguró que no había informado del incidente inicialmente debido a que, según su versión, no tenía saldo en su teléfono móvil y había sufrido un mareo.
Además, el agente reveló que el propio acusado admitió haber llevado un arma de fuego a la pelea, aunque alegó que, tras recibir un golpe en la cabeza, un hermano de la familia rival se la había quitado. Este relato, según el investigador, era incoherente con los resultados de las pruebas de disparo, que no mostraron restos de pólvora en las manos de la persona mencionada, mientras que se encontraron estos residuos en unos pantalones del acusado, que además contenían sangre de una de las víctimas. El agente descartó la posibilidad de que hubiera otra pistola o que alguien más hubiera disparado.
Por otro lado, las escuchas telefónicas realizadas aportaron pruebas que confirmaron la culpabilidad del acusado. En particular, las conversaciones de la esposa del procesado fueron descritas como «sumamente reveladoras». En una de estas charlas, ella relató haber visto la pistola en el suelo, pero también se reveló que otro familiar la orientó a afirmar que un hermano de la familia rival había recogido el arma. En otra comunicación, le sugirieron que declarara que estuvo presente durante el tiroteo, a pesar de que ella admitió no haberlo estado. Asimismo, el acusado, desde prisión, se disculpó con su mujer por «haber perdido la cabeza» en la pelea, un hecho que el agente interpretó como un indicio más de culpabilidad.
La defensa, por su parte, subrayó que no se había encontrado ninguna arma blanca, a pesar de que una de las víctimas sufrió una herida cortante.
El juicio, que comenzó el pasado viernes con la elección de un jurado popular, tiene como acusado a un vecino de Albacete, que enfrenta cargos por el homicidio de dos personas —una de ellas su propio hermano— y el intento de asesinar a otra durante una pelea en junio de 2023 en el barrio de la Estrella. La Fiscalía ha solicitado una pena de 15 años de prisión por homicidio, 25 años por asesinato, siete años por tentativa de homicidio y tres años por tenencia ilícita de armas, así como una prohibición de residir en Albacete durante 30 años.
Además, se ha planteado una indemnización de 10.600 euros para J.F.S. por lesiones, 10.000 euros por secuelas, y 50.000 euros por la muerte de su hijo, que también se solicitará para la madre del fallecido. Asimismo, se exige una indemnización de 120.000 euros para cada uno de los dos hijos del fallecido, y 20.000 euros para cada uno de sus tres hermanos. La Fiscalía también ha solicitado que el acusado indemnice con 120.000 euros al hijo de su propio hermano. El proceso judicial continuará este martes en la Audiencia Provincial de Albacete.