En un giro inesperado que ha sacudido los cimientos políticos de Corea del Sur, el presidente Yoon Suk-yeol se encuentra ahora bajo la lente de la investigación surcoreana, tras las acusaciones de haber cometido traición por la declaración y posterior revocación de la ley marcial el martes. Este movimiento ha precipitado una serie de acontecimientos que han desembocado en una investigación formal asignada al equipo de Seguridad bajo la Oficina Nacional de Investigación de la Agencia Nacional de Policía. La decisión de investigar a Yoon proviene después de que se presentaran dos denuncias, que han llevado a las autoridades a tomar acciones para esclarecer los hechos.
En un contexto relacionado, el presidente surcoreano ha aceptado la dimisión de Kim Yong-hyun, el ministro de Defensa Nacional, quien asumió la responsabilidad por la declaración de la ley marcial que generó una conmoción en la nación. En su lugar, Yoon ha anunciado el nombramiento de Choi Byun-hyuk, un militar retirado con un historial distinguido, tanto dentro del ejército como en el ámbito diplomático, siendo embajador en Arabia Saudí desde diciembre de 2023. Este cambio en el gabinete refleja un intento de estabilizar la situación y recuperar la confianza del público en el gobierno.
La crisis desencadenada por la breve imposición de la ley marcial ha traído a la luz las tensiones internas dentro del gobierno y ha evidenciado la profundidad de la relación entre Yoon y figuras consideradas «halcones», como el ahora exministro Kim Yong-hyun, quien solo ocupó el cargo durante 89 días. La revocación de la ley marcial, que ocurrió entre la noche del martes y la mañana del miércoles, ha planteado serias preguntas sobre la decisión de declararla en primer lugar, desencadenando una inesperada crisis política.
La fotografía de soldados siendo repelidos con extintores en el edificio principal de la Asamblea Nacional en Seúl, capturada durante los tumultuosos eventos, es una imagen poderosa de los momentos de tensión vividos. La determinación del público y de diversas instituciones de resistir medidas percibidas como extremas ha quedado patente, marcando un punto de inflexión en la política surcoreana.
Esta situación no es solo un episodio aislado sino parte de una «tragicomedia coreana» más amplia, que ha llevado a analistas y observadores a examinar detenidamente el estado de la democracia y el gobierno en Corea del Sur. Las próximas semanas serán cruciales para el presidente Yoon, a medida que la investigación avance y se esclarezcan las circunstancias que llevaron a la declaración y revocación de la ley marcial, así como las implicaciones de estas acciones para su gobierno y para el país.