En los últimos años, una preocupante alteración ha comenzado a amenazar el equilibrio ecológico y económico del Mediterráneo. El pez globo plateado (Lagocephalus sceleratus), un intruso originario del mar Rojo, ha iniciado su conquista de las aguas europeas a través del canal de Suez, generando alarma entre los profesionales del sector pesquero y turístico de naciones costeras como España, Italia, Grecia y Turquía.
La principal fuente de temor vinculada a este pez es la tetrodotoxina, un veneno extremadamente peligroso que se encuentra en sus órganos, piel y vísceras. Esta toxina tiene la capacidad de bloquear el sistema nervioso, provocando parálisis respiratoria, una condición potencialmente mortal. Alarmantemente, ni la cocción ni el calor neutralizan esta toxicidad, lo que hace que su consumo represente una grave amenaza para la seguridad alimentaria.
Además de los riesgos para la salud, el pez globo plateado también inflige daños económicos significativos. Con su tendencia a destruir redes, anzuelos y dañar las capturas de los pescadores, la especie ha comenzado a erosionar la rentabilidad de la pesca artesanal en la región. Esta problemática se ve exacerbada por la prolífica capacidad reproductiva del pez globo, con hembras capaces de liberar más de un millón de huevos, facilitando su rápida propagación a través del Mediterráneo.
Esta invasión ha capturado la atención de la comunidad científica internacional, destacando el caso de investigadores de la Universidad Juraj Dobrila de Pula y del Instituto de Oceanografía y Pesca de Split, quienes el 13 de mayo de 2024 documentaron la presencia del pez globo en el Adriático. Este hallazgo, publicado en la revista Acta Ichthyologica et Piscatoria, confirma la expansión del pez hacia el norte del Mediterráneo y subraya la urgencia de abordar este creciente problema.
Respondiendo a esta crisis, autoridades costeras y organismos internacionales están intensificando las campañas de concienciación, destinadas a informar a pescadores y consumidores sobre los peligros de interactuar con o consumir esta especie venenosa. Se hace hincapié en la importancia de no tocar ni ingerir al pez bajo ninguna circunstancia, subrayando la necesidad de una estrategia coordinada para contener su avance y proteger los ecosistemas marinos mediterráneos.
A medida que la situación evoluciona, la comunidad internacional observa de cerca, reconociendo la importancia crítica de detener la expansión del pez globo plateado para preservar tanto la biodiversidad marina como las economías locales dependientes del mar Mediterráneo.
