InsectEAT: La Innovadora Biorrefinería de Cañaveras Proyecta Vender 80 Toneladas en su Primer Año

InsectEAT, la biorrefinería de insectos que espera cerrar su primer ejercicio vendiendo 80 toneladas desde Cañaveras

InsectEAT, la innovadora biorrefinería de insectos sita en Cañaveras (Cuenca), espera concluir su primer año de operaciones con un prometedor volumen de ventas. Los hermanos Miguel y Javier Chavarría, fundadores de la empresa, anticipan que las cifras podrían alcanzar las 80 toneladas de productos elaborados a partir de dos tipos de insectos: la Mosca Soldado Negra y el Tenebrio Molitor, conocido comúnmente como gusano de la harina. El proceso de biorrefinación transforma a estos organismos ricos en proteínas y micronutrientes en distintos formatos, incluyendo harina total, harina desgrasada, aceite y un abono potente para plantas.

En palabras de los Chavarría durante una entrevista con Diario CLM, la inspiración surgió en pleno confinamiento por la Covid-19. Las lecturas acerca de las primeras granjas de insectos en Europa encendieron una chispa emprendedora, dando lugar a la concepción de un negocio sostenible y rural. Su idea se fue esculpiendo hasta competir en un concurso empresarial, logrando ser finalistas y, con ello, parte de la financiación necesaria para el proyecto. Además, han contado con subvención de fondos europeos y una importante aportación financiera propia.

Optando por Cañaveras por sus lazos familiares y su ubicación estratégica, cerca de Madrid, Valencia y de numerosos proveedores, InsectEAT ya proyecta un cierre de año con 60 toneladas de productos derivados de la Mosca Soldado Negra y 20 adicionales del Tenebrio Molitor.

Los hermanos dan especial importancia a la sostenibilidad y al impacto medioambiental de su empresa. La crianza de insectos requiere mucho menos recursos que la ganadería tradicional, usando considerablemente menos tierra, agua y generando una menor huella de carbono. Ante el desafío de adaptar sistemas productivos a alternativas ambientalmente responsables, los hermanos Chavarría ven la cría de insectos como la solución más viable.

Ya colaboran con decenas de franquicias que cultivan estos insectos y están experimentando una demanda creciente. La Mosca Soldado Negra fue elegida no solo por su rápido ciclo de vida y competitividad en precio, sino también por los beneficios de su aceite en la alimentación animal. El Tenebrio Molitor, en contraste, se ha integrado fácilmente en diversos alimentos y presenta un gran potencial incluso para la alimentación humana.

Los productos de InsectEAT, aún en sus etapas iniciales, se dirigen principalmente al mercado de la alimentación animal, incluyendo acuicultura, aves, cerdos y mascotas. Con una vida útil prolongada, la producción se orienta más por la oferta disponible de insectos que por la demanda de productos.

Mientras la perspectiva de entrar en la alimentación humana es prometedora, la aceptación del mercado al consumo directo de insectos aún es incipiente. La integración de proteínas de insectos en harinas y otros alimentos es una estrategia posible para superar reticencias.

InsectEAT simboliza una sinergia entre economía circular, innovación, conservación ambiental y promoción del desarrollo rural. Migual Chavarría finaliza animando a los jóvenes a emprender, destacando el esfuerzo y la satisfacción que conlleva sacar adelante proyectos propios en el medio rural, un terreno fértil para la innovación y el emprendimiento sostenible.

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