En el mundo de la tecnología móvil, la velocidad de carga de los dispositivos se ha convertido en un factor crucial para los usuarios más exigentes. Hasta hace poco, la potencia de carga inalámbrica se limitaba a cifras modestas como los 7,5W del estándar Qi, mientras que los dispositivos conectados por cable alcanzaban potencias mucho mayores, como los 120W en algunos modelos. Sin embargo, la reciente introducción del estándar Qi2 está cambiando esta dinámica.
La nueva tecnología Qi2, que utiliza un sistema de imanes similar al Apple MagSafe pero compatible con dispositivos Android de gama alta, ha elevado la potencia de carga inalámbrica hasta los 15W. Esta actualización no solo reduce significativamente los tiempos de carga, sino que también minimiza la pérdida de energía durante el proceso, lo que contribuye a la salud de la batería a largo plazo.
Aunque más rápido que su predecesor Qi, sigue siendo más eficiente utilizar un cargador cableado estándar de alta potencia, como el de 20W de Apple, que logra un 50% de carga en apenas 30 minutos.
Un reloj de mesa
La temperatura de la batería durante la carga también es notablemente más baja con Qi2, lo cual es una ventaja considerable para la durabilidad del dispositivo a largo plazo.
Además de Anker, otras marcas líderes como Belkin ya están integrando Qi2 en sus productos. El Belkin BoostCharge Pro, por ejemplo, no solo carga el teléfono, sino que también lo convierte en un práctico reloj de mesa. Estos avances sugieren una próxima generación de cargadores inalámbricos que no solo son más rápidos, sino también más versátiles y eficientes energéticamente.
En resumen, si bien la carga inalámbrica aún no supera en velocidad a los métodos cableados más potentes, la adopción del estándar Qi2 marca un paso significativo hacia adelante en la evolución de la tecnología de carga móvil.
