El recientemente nombrado obispo de Sigüenza-Guadalajara, Julián Ruiz Martorell, ha comenzado con entusiasmo y dedicación su ministerio pastoral, desplegando su actividad en diversas partes de la diócesis. Su trabajo comenzó con visitas y celebraciones en distintas comunidades, destacándose su presencia en la parroquia del pequeño municipio de Semilla. Semilla, ubicada en la región conocida como la España vacía, fue un punto de encuentro significativo, en el que el obispo Ruiz Martorell fue calurosamente recibido por el párroco local, Mauricio Muela, junto a una congregación de una docena de fieles. Allí, compartió con los presentes la celebración eucarística, mostrando así su cercanía a las comunidades más pequeñas de su diócesis.
El obispo Ruiz Martorell tomó posesión de su cargo el pasado 23 de diciembre en una ceremonia llevada a cabo en la catedral de Sigüenza. Desde entonces, ha mantenido una agenda activa que incluye visitas significativas como las realizadas a la comunidad benedictina de Valfermoso de las Monjas y su participación en la celebración de la fiesta de la Sagrada Familia en la concatedral de Guadalajara. Además, ha presidido la misa de Año Nuevo en la concatedral de Santa María y ha celebrado la eucaristía en el monasterio de las Carmelitas Descalzas de la capital alcarreña, mostrando su atención tanto a la vida contemplativa como a las festividades diocesanas.
En lo que respecta a las acciones de gobierno pastoral, monseñor Ruiz Martorell ya ha mantenido el primer encuentro con su Consejo Episcopal. Con el objetivo de forjar un camino participativo y abierto al diálogo, contempla la realización de una serie de intercambios personales con los miembros del clero diocesano. Estos diálogos buscan ser un espacio para escuchar opiniones y visiones acerca del presente y del futuro de la diócesis, enfatizando la importancia del trabajo en conjunto y del entendimiento mutuo en la construcción de una comunidad de fe dinámica y comprometida.
La llegada del obispo Ruiz Martorell al frente de la diócesis de Sigüenza-Guadalajara promete ser una etapa de renovación y de especial atención a las necesidades espirituales y pastorales de todas las parroquias, independientemente de su tamaño, y refleja el compromiso de la Iglesia con todas sus comunidades.