La selección de Inglaterra se enfrentó a Eslovenia en la Eurocopa, logrando un empate a cero que, aun siendo decepcionante para el equipo inglés, permitió a ambos equipos avanzar en la competición, con Inglaterra como primera de su grupo y Eslovenia clasificándose como uno de los mejores terceros. A pesar de la superioridad en posesión de la selección inglesa, el encuentro disputado en el Rhein Energie de Colonia no estuvo a la altura de las expectativas, evidenciando una falta de efectividad ofensiva y dejando mucho que desear en cuanto a la calidad del juego presentado.
El técnico Gareth Southgate realizó algunos ajustes en la alineación, buscando mejorar el rendimiento del equipo, pero las modificaciones tuvieron poco impacto en el campo. La selección inglesa dominó la posesión del balón pero careció de profundidad y peligrosidad en sus ataques, encontrando pocas vías para superar la defensa de una Escocia que se mostró sólida y poco dispuesta a tomar riesgos, concentrándose en mantener el empate que les aseguraba la clasificación.
En el segundo tiempo, Inglaterra aumentó el ritmo del partido con la incorporación de nuevos jugadores, intentando sin éxito romper el empate. Eslovenia se mantuvo firme en la defensa, limitando las oportunidades de los ingleses y garantizando su pase a la siguiente fase del torneo. Pese a los esfuerzos para dinamizar el juego, la selección inglesa no logró convertir y el partido concluyó con un empate que deja sensaciones mixtas, especialmente para un equipo inglés que todavía no muestra su mejor versión en esta Eurocopa.