Informe técnico sobre la utilización de mascarillas Covid-19

El pasado 14 de marzo se declaró en estado de alarma en todo el país debido al Covid-19. Desde ese día, se han venido tomando medidas para hacer frente a esta situación, con el objetivo de proteger la salud de los ciudadanos y contener la propagación de la enfermedad. En este sentido, el uso de mascarillas se ha convertido en una herramienta muy importante, más en personas que presentan síntomas de la infección.

Para hacer un uso más eficaz de las diferentes mascarillas, el Consejo General de Colegios Farmacéuticos, ha elaborado un informe técnico donde se trata, en profundidad, este tema. Un documento en formato PDF que os podréis descargar al final de la publicación.

Recomendaciones del Ministerio de Sanidad – Uso de mascarillas en España

Provisionalmente, y en base a las recomendaciones oficiales del Ministerio de Sanidad, el uso de mascarillas deberían hacerlo:

  • En el ámbito comunitario, aquellas personas que presenten sintomatología compatible con una infección respiratoria aguda (como fiebre, tos o disnea).
  • En los centros sanitarios y, fundamentalmente, el entorno hospitalario, se recomienda se pongan mascarilla tanto los pacientes identificados como los casos sospechosos en investigación.
  • Personal sanitario que atienda casos en investigación, probables o confirmados para infección por SARS-CoV-2 o las personas que entren en la habitación de aislamiento.

Tipos de mascarillas que existen

En líneas generales, existen tres tipos de mascarillas en base a su capacidad para filtrar el aire inspirado o espirado, y por tanto, en base a su capacidad para proteger al usuario.

  • Mascarillas quirúrgicas. Son mascarillas de uso médico, utilizadas por profesionales sanitarios en cirugía y otros procedimientos con el objetivo de proteger al paciente de posibles agentes infecciosos presentes en la cavidad nasal o bucal del usuario de la mascarilla.
  • Mascarillas filtrantes (también llamadas autofiltrantes). Contienen un filtro de micropartículas gracias al cual pueden proteger al usuario de la mascarilla frente a la inhalación de contaminantes ambientales –en partículas o aerosoles– tales como agentes patógenos, agentes químicos, antibióticos, citostáticos, etc. Se clasifican en base a su rendimiento en:
    • FFP1 (filtro de partículas tipo P1): tienen una eficacia de filtración mínima del 78% y un porcentaje de fuga hacia el interior máximo del 22%. Suelen emplearse frente a partículas de material inerte, y no se recomiendan para uso médico.
    • FFP2 (filtro de partículas tipo P2): tienen una eficacia de filtración mínima del 92% y un porcentaje de fuga hacia el interior máximo del 8%. Se utilizan frente a aerosoles de baja o moderada toxicidad.
    • FFP3 (filtro de partículas tipo P3): tienen una eficacia de filtración mínima del 98% y un porcentaje de fuga hacia el interior máximo del 2%. Se utilizan frente a aerosoles de alta toxicidad.
  • Mascarillas higiénicas o de barrera. Están destinadas a personas sin síntomas que no sean susceptibles de utilizar mascarillas quirúrgicas ni filtrantes, en base a las recomendaciones establecidas por el Ministerio de Sanidad. Existen dos tipos de mascarillas higiénicas.
    • No reutilizables. Estas mascarillas se rigen por la Especificación UNE 0064-1 (mascarilla no reutilizable para adultos) y la Especificación UNE 0064-2 (mascarilla no reutilizable para niños).
    • Reutilizables. Estas mascarillas se rigen por la Especificación UNE 0065 (mascarillas reutilizables para adultos y niños). En el caso de las mascarillas higiénicas reutilizables, el lavado y secado de la mascarilla debe ser acorde a las recomendaciones del fabricante. Después de cada lavado se debe realizar una inspección visual por si se detecta algún daño.
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Situaciones en las que deben emplearse

Las mascarillas quirúrgicas son recomendables en el caso de pacientes diagnosticados de COVID-19 y de casos en investigación. Estos pacientes deben ser aislados del resto y llevar puesta la mascarilla durante todos los traslados por el hospital. El personal que les acompañe hasta la zona de aislamiento llevará mascarilla quirúrgica. En general, el Ministerio de Sanidad recomienda que a cualquier paciente que acuda a un centro sanitario con sintomatología de infección respiratoria se le ofrezca una mascarilla quirúrgica (marcado CE y norma UNE 14683).

Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud recomienda, para procedimientos de aislamiento o con posible generación de aerosoles infecciosos, el uso de mascarillas filtrantes con una eficiencia de filtración de al menos el 95% para partículas de 0,3 micras de diámetro. Esto equivale a una mascarilla N95 según normativa americana, que en trasposición a la europea, equivaldría a un nivel de protección intermedio entre la FFP2 y FFP3.

¿Realmente son eficaces?

El objetivo fundamental del empleo de una mascarilla de barrera o quirúrgica es evitar la transmisión de la infección desde un paciente infectado o sospechoso, al resto de la población. No obstante, la eficacia de las mascarillas de barrera para reducir este riesgo no está totalmente establecida.

Por otra parte, las mascarillas filtrantes sí tienen como finalidad la prevención del contagio por parte del usuario de la misma, especialmente importante en el caso de profesionales sanitarios, tanto por los riesgos personales a los que se ven expuestos como por los riesgos comunitarios que podrían ocasionar en caso de convertirse en pacientes asintomáticos, que podrían actuar como fuente de contagio.

Se han establecido una serie de argumentos a favor del uso de mascarillas en la población, como son los siguientes:

  • Debido a la evidencia cada vez mayor de que las personas asintomáticas o con síntomas leves podrían contribuir a la transmisión de la COVID-19, las mascarillas podrían considerarse como un medio de control complementario a otras medidas llevadas a cabo para reducir la transmisión de la COVID-19.
  • Las mascarillas han sido utilizadas extensamente en la población en países asiáticos y su uso se ha relacionado con una ligera reducción en el riesgo de SARS en personas sin contacto conocido con pacientes de SARS durante la epidemia de 2003.
  • Las mascarillas de uso no médico y otras mascarillas fabricadas con tela tienen la ventaja de que pueden ser producidas fácilmente. Son lavables y reutilizables.

Podéis descargaros el informe correcto en el siguiente enlace.

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