En un giro inesperado durante la grabación del primer episodio de la nueva temporada del popular programa «Pesadilla en la cocina», el ambiente se tensó cuando el propietario de un restaurante reprendió públicamente a una de sus camareras. El motivo: haber revelado secretos críticos sobre el precario estado del establecimiento frente a los comensales.
La situación tomó por sorpresa incluso al carismático chef Alberto Chicote, quien ya anticipaba problemas en el restaurante llamado Nicasso, pero no esperaba que una confidencia de una empleada le facilitara tanto el diagnóstico de la situación. Justo antes de servirle la comida, la camarera le confesó a Chicote con una franqueza desarmante: «Le voy a decir la verdad, no voy a callarme nada. Debes saberlo todo para poder actuar: ¡las cucarachas! Hay muchísimas, no podemos dejar nada fuera”.
Además de revelar la infestación de cucarachas, la empleada manifestó que el restaurante nunca había sido sometido a una limpieza profunda y que el sistema de cableado eléctrico estaba completamente expuesto, lo cual representaba un grave riesgo de incendio. Chicote, visiblemente impactado, recibió además la insólita noticia de que el personal recurría al uso de un soplete para eliminar las cucarachas en la cocina, un método que más allá de ser poco ortodoxo, dejaba en evidencia la desesperación por controlar la plaga.
La tormenta se desató cuando Manel, el dueño del establecimiento, expresó su descontento por las revelaciones de Gabriela, la camarera en cuestión. Según Manel, la joven había compartido detalles que él prefería mantener en reserva. «¡Esas cosas no se dicen!», exclamó airadamente después de descubrir que Gabriela había expuesto los graves problemas de higiene y seguridad del restaurante.
La tensa discusión reveló el amplio abismo entre la necesidad de mantener una fachada ante los clientes y la urgencia de abordar severos problemas subyacentes. Gabriela defendió su posición alegando que los clientes eventualmente se darían cuenta de la situación dada la evidencia visual de la infestación.
Este enfrentamiento abrió la nueva temporada de «Pesadilla en la cocina» no solo con el desafío de rescatar un restaurante al borde del desastre sanitario, sino también poniendo de manifiesto la compleja dinámica entre el orgullo del propietario y la cruda realidad que afrontan esos espacios culinarios al borde del colapso. La intervención de Chicote promete no solo abordar las deficiencias físicas del restaurante, sino también restaurar la confianza y la comunicación dentro del equipo de Nicasso.
