Una semana y media después de la inesperada cancelación de La familia de la tele en Televisión Española, el lamento y los análisis continúan resonando en el ámbito mediático. La cadena había hecho una fuerte apuesta para revivir el fenómeno de Sálvame en su franja vespertina, pero los índices de audiencia, más que decepcionantes, llevaron a un cierre abrupto del programa tras apenas mes y medio en pantalla y múltiples reestructuraciones.
Inés Hernand, una de las caras más jóvenes del equipo, ha compartido sus reflexiones sobre esta experiencia. En una reciente entrevista, la comunicadora admite que el final del programa se debió a unos números que no acompañaron la versión ambiciosa que intentaron ofrecer. “Quizá hubo una persecución hacia un formato que intentaba sobrevivir a un momento histórico en el que a lo mejor ya no estábamos”, comenta. Para Inés, el intento de innovar es, a pesar del fracaso, un ejercicio saludable: “Al final, solo se buscaba entretener, y es mucho más saludable intentarlo que no hacerlo y quejarse”.
Uno de los aspectos más llamativos de su paso por el programa ha sido el vínculo que ha establecido con figuras como Belén Esteban y Kiko Matamoros. Inés comparte que ha cultivado una cercana amistad con Belén, subrayando que se mantienen en contacto regularmente. "Ha sido un gran descubrimiento", confiesa, síntoma de que, incluso en un entorno tan efímero, pueden florecer amistades genuinas.
Frente a rumores sobre tensiones con María Patiño, otra de las presentadoras del formato, Inés se apresura a afirmar que nunca hubo problemas personales. “Siempre he procurado acercarme a ella con cordialidad”, aclara, desmintiendo cualquier posible fricción. La cordialidad y el respeto son valores que ella parece querer destacar en este escenario conflictivo.
En medio de esta vorágine, la joven comunicadora también reflexiona sobre las expectativas del proyecto y el tiempo necesario para que surjan las conexiones significativas en el medio. “A lo mejor tenía una expectativa también del propio proyecto, que desconozco cuál era”, explica, poniendo énfasis en el hecho de que con una amistad como la que ha cultivado con sus compañeros, “hace falta tiempo”.
Así, con un cierre tan fulminante como su lanzamiento, La familia de la tele se ha convertido en un capítulo más de la historia de la televisión, donde el esfuerzo por innovar es a menudo mordido por la realidad del rating. Inés y su equipo, lejos de rendirse, llevan consigo lecciones que podrían allanar su camino en futuros proyectos.