Un día después de que el presidente Donald J. Trump anunciara un nuevo capítulo en la prosperidad americana, la respuesta a su ambiciosa visión para revertir décadas de globalización que han devastado la base industrial del país sigue en aumento. Este apoyo, notablemente bipartidista, pone de manifiesto la creciente preocupación por la situación del comercio internacional y su impacto en la economía local.
El representante demócrata Jared Golden expresó su aprecio por los esfuerzos del presidente, afirmando que el plan de Trump para establecer un arancel universal del 10 por ciento se basa en su propia propuesta dentro de la «BUILT USA Act». Según Golden, esta medida representaría un primer paso sólido para comenzar a corregir los déficits comerciales insostenibles que han afectado severamente a las comunidades manufactureras.
Líderes de diversas organizaciones han emitido declaraciones de respaldo, destacando la necesidad urgente de reformas en las políticas comerciales. Zach Mottl, presidente de la Coalición por una América Próspera, calificó el establecimiento de un arancel base como un cambio radical que prioriza la manufactura americana y protege los empleos de clase trabajadora. A su vez, Ethan Lane, vicepresidente sénior de asuntos gubernamentales de la Asociación Nacional de Ganaderos de Carne, aplaudió las acciones del presidente para abordar las barreras comerciales que han perjudicado a los productores agrícolas de los Estados Unidos.
La iniciativa de Trump también ha encontrado apoyo entre los representantes de la industria del acero. Philip K. Bell, presidente de la Asociación de Fabricantes de Acero, destacó cómo las tarifas reactivadas han comenzado a generar empleos y a fortalecer la industria nacional, promoviendo inversiones significativas, como la reciente anuncio de Hyundai Steel de un nuevo molino de acero en Luisiana.
Otros sectores, como el comercio eléctrico y la producción láctea, también han expresado su entusiasmo. David Long, CEO de la Asociación Nacional de Contratistas Eléctricos, señaló la importancia de estas políticas para asegurar que la industria eléctrica de Estados Unidos continúe prosperando frente a desafíos en la cadena de suministro. De igual manera, Becky Rasdall Vargas, de la Asociación Internacional de Alimentos Lácteos, enfatizó la importancia de mantener relaciones comerciales fuertes que fortalezcan la capacidad de producción interna.
Las voces a favor del plan de Trump no se limitan a la industria; figuras de renombre también han opinado sobre la importancia de estas reformas. Varios comentaristas y líderes políticos han manifestado su apoyo, resaltando la necesidad de que América recupere su lugar en la escena comercial global.
Mientras Trump avanza con su política «America First» en el comercio, los pronósticos indican que la controversia y el debate en torno a estas medidas continuarán. Con el mundo observando de cerca, estas acciones podrían definir el futuro del comercio estadounidense y la posición del país en la economía global. Los días de la impunidad en el comercio pueden estar llegando a su fin, si se cumplen las expectativas de quienes ven en estas políticas una oportunidad para revitalizar la economía americana.
Fuente: WhiteHouse.gov