En un nuevo intento por equilibrar la promoción de la inversión extranjera y la protección de la seguridad nacional, el presidente Donald J. Trump firmó un memorando presidencial que establece directrices claras para salvaguardar los intereses de Estados Unidos. Esta iniciativa se presenta en un contexto de creciente preocupación por las amenazas que representan actores extranjeros, en particular la República Popular de China.
El memorando, conocido como National Security Presidential Memorandum (NSPM), destaca que la atracción de inversiones extranjeras es esencial para el crecimiento económico, la creación de empleo y la innovación en el país. En respuesta a este imperativo, se propone un proceso acelerado para facilitar las inversiones de aliados y socios de confianza, al tiempo que se imponen estrictas condiciones para evitar colaboraciones con adversarios extranjeros en sectores sensibles.
El Comité de Inversión Extranjera en los Estados Unidos (CFIUS) desempeñará un papel crucial en la implementación de estas nuevas normas, al restringir las inversiones chinas en sectores estratégicos como tecnología, infraestructura crítica, salud y energía. Además, se prevé proteger tierras agrícolas y bienes raíces cercanos a instalaciones sensibles, así como reforzar la autoridad del CFIUS respecto a inversiones “greenfield”, que implican la creación de nuevas instalaciones.
Uno de los aspectos destacados del memorando es la intención de prohibir que ciertas inversiones chinas en sectores tecnológicos clave contribuyan a las capacidades militares de Pekín, en un intento de frenar la estrategia de Fusión Militar-Civil de China. Asimismo, la administración Trump está comprometida a fomentar inversiones pasivas de todos los extranjeros para seguir beneficiándose del capital foráneo sin comprometer la seguridad nacional.
La medida también prevé auditorías a compañías extranjeras que operan en los mercados estadounidenses, buscando transparentar sus estructuras de propiedad y asegurando que no se produzcan fraudes que puedan afectar a los inversionistas locales. Con esto, la administración busca reforzar la prosperidad nacional y proteger los ahorros de los ciudadanos.
El enfoque del presidente Trump se basa en la premisa de que Estados Unidos es el líder mundial en la innovación de tecnologías de próxima generación y que es fundamental crear un entorno donde los amigos del país puedan invertir y apoyar el crecimiento económico sin el riesgo de entregar secretos tecnológicos a adversarios estratégicos. Las estadísticas revelan la magnitud del reto: aproximadamente 43 millones de acres de tierras agrícolas estadounidenses están en manos de entidades extranjeras, con China poseyendo más de 350,000 acres en 27 estados.
Mientras la administración busca impulsar la inversión extranjera, la estrategia enfatiza la necesidad de hacer frente a los esfuerzos sistemáticos de ciertos países, especialmente China, que dirigen inversiones hacia empresas estadounidenses para acceder a tecnología avanzada y aprovechar industrias estratégicas. En este contexto, las acciones anunciadas por la administración son vistas como una respuesta necesaria a las amenazas de espionaje y manipulación económica.
Algunas de las medidas anteriores de la administración Trump se han centrado en abordar prácticas desleales de comercio, incluyendo transferencias forzadas de tecnología y robo de secretos comerciales. El nuevo memorando se presenta como un paso decisivo para garantizar que cualquier inversión extranjera en Estados Unidos sirva principalmente a los intereses estadounidenses y no comprometa la seguridad nacional.
Este enfoque dual de promoción y protección marca una nueva etapa en la política económica de Estados Unidos, con la intención de posicionar al país no solo como un destino atractivo para la inversión, sino también como un bastión de innovación y seguridad en un entorno geopolítico cada vez más complejo.
Fuente: WhiteHouse.gov