Mercedes-Benz ha dado un paso significativo en su estrategia de producción al anunciar que trasladará la fabricación de un nuevo modelo a Estados Unidos. Esta decisión se enmarca dentro de una tendencia más amplia impulsada por la Administración Trump, que ha fortalecido el enfoque en el resurgimiento de la manufactura estadounidense.
El vehículo será producido en la planta de Tuscaloosa, Alabama, un centro de operaciones clave para la compañía alemana. Esta iniciativa es parte de un compromiso mayor, ya que Mercedes-Benz ha dejado claro que su intención es aumentar los niveles de inversión en sus operaciones en territorio estadounidense.
No es solo Mercedes la que está tomando medidas hacia la relocalización de 생산. Varias de las principales automotrices globales están siguiendo esta dirección, reflejando un cambio notable en la dinámica del sector. BMW, por ejemplo, está considerando añadir turnos en su planta de Carolina del Sur para aumentar la producción. Honda también ha anunciado planes para trasladar la producción de su modelo Civic desde Japón a Estados Unidos.
Hyundai está haciendo una inversión significativa que asciende a $20 mil millones, de los cuales $5.8 mil millones estarán dirigidos a una nueva planta de acero en Louisiana, diseñada para respaldar la producción de vehículos en EE.UU. Kia, por su parte, se enfocará en la producción de vehículos híbridos en la fábrica asociada de Hyundai en Georgia.
Asimismo, Nissan está evaluando la posibilidad de mover parte de su producción desde México a territorio estadounidense, mientras que Stellantis ha revelado planes para reabrir su planta en Belvidere, Illinois, con el objetivo de fabricar una nueva camioneta de tamaño mediano. En otro movimiento significativo, Toyota ha decidido aumentar la producción de vehículos híbridos en su planta de West Virginia.
Este conjunto de acciones por parte de varias compañías automotrices resalta una época de cambio en la industria, en la que las políticas de la Administración actual están jugando un papel crucial en la configuración del futuro de la manufactura en Estados Unidos. A medida que el país avanza hacia una nueva era de producción nacional, las repercusiones de estas decisiones se seguirán sintiendo tanto en la economía local como en la competitividad del sector automotriz en el mercado global.
Fuente: WhiteHouse.gov