En un devastador amanecer para la ciudad de Muan, Corea del Sur, un avión Boeing 737-800 procedente de Bangkok con 181 personas a bordo se estrelló, dejando un saldo de 179 muertos. El trágico accidente, que tuvo lugar a las 9:03 hora local durante la maniobra de aterrizaje, se convirtió en una de las peores catástrofes aéreas en la historia del país. Las cámaras de televisión captaron los últimos instantes del vuelo, fuera de control y sin el tren de aterrizaje desplegado, deslizándose dramáticamente por la pista hasta colisionar contra una valla perimetral del aeropuerto y estallar en llamas.
Las condiciones meteorológicas, consideradas favorables para el aterrizaje, no evitaron el accidente. La velocidad de la aeronave al aproximarse a la pista de aterrizaje no pudo ser reducida a tiempo, lo que resultó en su colisión contra el muro del aeropuerto, creando una enorme bola de fuego y dejando el fuselaje completamente destrozado, complicando así las labores de identificación de las víctimas.
Entre las primeras hipótesis sobre la causa del siniestro figura un posible fallo en el tren de aterrizaje. Sin embargo, aún con la recuperación de una de las cajas negras, la información es limitada. Cabe destacar la advertencia de un pasajero, quien minutos antes del accidente reportó a un familiar que un pájaro había quedado atrapado en una de las alas de la aeronave—aunque aún no se ha confirmado si esto contribuyó al trágico desenlace.
La aerolínea operadora del vuelo, Jeju Air, se ha disculpado públicamente y se comprometió a investigar exhaustivamente las causas, enfatizando que el avión había operado durante 15 años sin incidentes previos y había superado todos los controles de seguridad sin indicios de avería.
Este accidente ha superado al anterior siniestro más mortífero registrado en Corea del Sur, cuando un avión de Air China con destino a Seúl se estrelló cerca de Busan en 2002, bajo condiciones meteorológicas adversas, resultando en la muerte de 129 personas.
El suceso en Muan no solo marca uno de los capítulos más trágicos en la historia de la aviación surcoreana, sino que también pone de relieve la importancia de las medidas de seguridad aérea y las emergencias en los procedimientos de aterrizaje. La comunidad internacional, mientras tanto, extiende sus condolencias a los familiares de las víctimas y a toda Corea del Sur, que hoy está de luto tras esta catastrófica pérdida.