En un suceso inusitado, explosiones en instalaciones militares de Vladivostok, en el extremo oriente de Rusia, han resultado en la muerte de soldados rusos de dos unidades que han estado involucradas en la guerra en Ucrania. Este evento, que ocurre a más de 6,000 kilómetros de la frontera con Ucrania, ha sido descrito por fuentes de la inteligencia militar ucraniana como un acontecimiento sin precedentes en el conflicto.
Las explosiones, ocurridas presuntamente en el aparcamiento del complejo militar, han impactado a las fuerzas del 47º Batallón y la 155ª Brigada, las cuales han sido responsables de algunas de las ofensivas más significativas en ciudades ucranianas como Kiev y Mariúpol. La 155ª Brigada, en particular, ha estado bajo acusaciones de abusos graves contra prisioneros de guerra y civiles ucranianos.
Las autoridades rusas, no obstante, han tratado de minimizar la situación, atribuyendo las explosiones a un «incidente» relacionado con equipamiento de gas. Sin embargo, la gravedad de la situación ha generado un debate acerca de la seguridad y la efectividad de las fuerzas rusas en un momento crítico para el Kremlin.
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