La Guardia Civil de Guadalajara se encuentra investigando una serie de robos perpetrados en la iglesia de Santa María de la Peña y la casa parroquial en Brihuega. Los delincuentes sustrajeron las limosnas de los lampadarios y el ordenador personal del párroco.
Según fuentes oficiales, el primer incidente habría ocurrido el pasado 7 de enero, cuando los ladrones accedieron al interior de la iglesia y forzaron el candado del lampadario para llevarse el dinero que contenía. Asimismo, el robo incluyó una colecta que aún no había sido recogida. Un suceso similar ocurrió en la iglesia de San Felipe, donde está pendiente la presentación de la denuncia correspondiente.
La Guardia Civil ha confirmado la recepción de dos denuncias hasta la fecha. Por su parte, el párroco, José Félix Bricio, ha anunciado que interpondrá además una denuncia por el robo en los lampadarios de San Felipe en cuanto se recopile toda la información necesaria.
El párroco ha expresado su consternación frente a la situación y la sensación de indefensión que se experimenta ante la ley. Aunque las cantidades sustraídas no eran significativas debido a la práctica de recoger las colectas diariamente, el robo ha afectado a la comunidad, especialmente porque en uno de los templos se había acumulado una suma de dinero que no había sido retirada.
El asalto a la casa parroquial se llevó a cabo mientras el párroco oficiaba una misa, momento en que los ladrones aprovecharon para hurtar su ordenador personal. No se han reportado robos de otros objetos valiosos de los templos.
El incidente ha generado preocupación en el municipio, y se ha observado un incremento en los robos. Se sospecha que los responsables accedían a los templos en momentos en que no había actividad en las inmediaciones, y se cuestiona si podrían haber tenido acceso previo a las llaves de las iglesias, ya que en la casa parroquial se reportó la falta de algunas.
Como medida preventiva, la seguridad en las iglesias se ha intensificado. Actualmente se recoge la limosna de los lampadarios varias veces al día, y se han reemplazado las cerraduras de los templos.
Finalmente, el párroco manifiesta su descontento y frustración ante la vulnerabilidad de los ciudadanos frente a delitos como estos, criticando duramente la eficacia de la legislación actual.