El huracán Beryl, descrito como «potencialmente catastrófico» por las autoridades meteorológicas, ha alcanzado la categoría 5, el nivel más alto en la escala de intensidad de huracanes, generando alarmas en el este del mar Caribe. El Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos comunicó este lunes que el fenómeno atmosférico podría llevar «vientos que amenacen la vida y marea ciclónica a Jamaica hacia finales de esta semana», subrayando la urgente necesidad de preparativos en las zonas previstas para ser afectadas.
En un giro preocupante de los eventos, el paso del huracán Beryl ya ha dejado una estela de destrucción en su recorrido por el Caribe. El primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, informó de al menos una víctima fatal y predominantes daños materiales en las islas Union, Mayreau y Canouan. Siguiendo esta línea, Dickon Mitchell, primer ministro de Granada, destacó que Beryl asoló el país con «grandes daños» emergentes, con vientos máximos sostenidos reportados de hasta 240 kilómetros por hora (150 mph), impactando significativamente las islas de Carriacou y Pequeña Martinica donde el huracán hizo entrada.
Desde el norte, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, manifestó el compromiso de su administración ofreciendo asistencia inmediata. Biden señaló que tanto Puerto Rico como las Islas Vírgenes estadounidenses contarán con el apoyo necesario para «garantizar la seguridad de todos los ciudadanos estadounidenses» frente a este desastre natural. Además, aseguró que agencias clave como la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) y la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) ya cuentan con recursos, y suministros preparados para atender las consecuencias del huracán Beryl.
Adicionalmente, la preocupación crece conforme avanzan los pronósticos para la temporada de huracanes de este año en la cuenca atlántica, que inició el pasado 1 de junio. Hasta la fecha, se han formado tres tormentas tropicales –Alberto, Beryl y Chris–, y las proyecciones de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos sugieren una temporada por encima del promedio. Se anticipan hasta 13 huracanes, de los cuales hasta siete podrían alcanzar categorías mayores, destacando la importancia de preparativos y medidas de precaución en las zonas susceptibles.
Este año, más que nunca, la coordinación internacional y la pronta respuesta son cruciales ante una temporada de huracanes que promete ser no solo activa sino también potencialmente muy destructiva. Con Beryl marcando un comienzo tempestuoso, las comunidades en el Caribe y en riesgo a lo largo de la costa este de Estados Unidos mantienen alta vigilancia mientras se preparan para lo que está por venir.