Por primera vez, el Hospital General Universitario de Ciudad Real ha dado un paso significativo en el ámbito de la medicina neurovascular al realizar un test de oclusión vascular cerebral. El procedimiento fue posible gracias al equipo de la Unidad de Radiología Vascular del hospital, perteneciente al Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, marcando un importante hito en la historia de la institución.
La compleja intervención estuvo a cargo de los doctores Antonio Pinar, José David Guio y María Rojo, quienes tuvieron la asistencia del neurorradiólogo intervencionista Carlos Castaño Duque, del Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona. Castaño Duque es reconocido por su vasta experiencia en este tipo de procedimientos. Asimismo, los especialistas de los servicios de Neurología y Anestesia del centro desempeñaron un papel fundamental en el éxito del test.
La importancia del test de oclusión radica en su capacidad de determinar si un paciente con un tumor en la cabeza o en el cuello o un aneurisma cerebral puede someterse a una operación sin correr el riesgo de sufrir consecuencias neurológicas graves debido al compromiso de una de las arterias carótidas internas. Dicho test evalúa la capacidad de compensación del flujo sanguíneo cerebral para permitir esta clase de intervenciones quirúrgicas.
El procedimiento consiste en la introducción de un catéter con un balón en su extremo por la arteria carótida hasta el lugar propuesto para la cirugía. Esta maniobra bloquea temporalmente el aporte de sangre para chequear si la arteria carótida contralateral puede suplir adecuadamente el flujo sanguíneo. «Es imprescindible saberlo», enfatiza Antonio Pinar, líder de la Unidad de Radiología Vascular.
Durante la prueba, que tiene una duración máxima de una hora, se le solicita al paciente, en estado de sedación pero consciente, que realice actividades como hablar, identificar colores y mencionar nombres de sus familiares. Este monitoreo permite verificar la presencia de posibles déficits neurológicos causados por la oclusión. La ausencia de afectaciones neurológicas implica que la cirugía puede proceder con seguridad.
La realización de este test confirma el empeño del Hospital General Universitario de Ciudad Real en buscar la innovación y excelencia médica, situándose a la cabeza de los centros de salud en la comunidad en términos de aplicación de tecnologías avanzadas y colaboraciones especializadas que priorizan la calidad de la atención al paciente.