En un emotivo acontecimiento que marca un hito en la historia reciente del conflicto en Oriente Medio, Jan Yunis en Gaza y Tel Aviv en Israel se convierten en escenas de alegría y esperanza. Se han capturado imágenes conmovedoras de niños en Gaza lanzando vítores y mujeres en Tel Aviv abrazándose, símbolos vibrantes del alivio y la expectativa que embarga a ambos lados tras el anuncio de un acuerdo de alto al fuego largamente esperado entre Israel y Hamás. Este pacto llega más de un año después del devastador ataque perpetrado por el grupo palestino el 7 de octubre de 2023, seguido por una fuerte respuesta militar israelí.
La realización de este acuerdo fue posible gracias a extensas negociaciones en las que participaron Egipto, Qatar y Estados Unidos como mediadores fundamentales. El anuncio cobra especial relevancia al ocurrir justo antes de la investidura del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, marcada para el lunes 20 de enero.
Aunque los detalles específicos del pacto entre Israel y Hamás aún están por detallarse completamente, el primer ministro qatarí, Mohammed bin Abdulrahman Al Thani, y el presidente estadounidense, Joe Biden, han señalado su inminente ratificación. Existe una expectativa generalizada de que este acuerdo marcará un «punto de inflexión» en el conflicto, según palabras de mediadores y participantes. Sin embargo, Hamás ha instado cautela, pidiendo a la población no adelantar acciones hasta que el alto al fuego sea oficialmente efectivo.
El plan de alto al fuego, detallado en tres fases de 42 días cada una, incluye la suspensión temporal de hostilidades, un significativo flujo de ayuda humanitaria a Gaza, y la progresiva retirada de fuerzas israelíes del norte de Gaza. También se contempla un intercambio de prisioneros: Israel liberará a unos 2.000 palestinos, incluidos 250 con cadena perpetua, a cambio de 33 rehenes israelíes actualmente en poder de Hamás.
A medida que este acuerdo avance hacia su implementación, quedan por delante cerca de 126 días que definirán el futuro de Gaza y de su gente, quienes han sufrido la muerte de más de 46.700 personas durante el conflicto, según fuentes sanitarias locales.
Cada fase del acuerdo conlleva la esperanza de una reducción significativa en las hostilidades y el inicio de un proceso de paz duradero en la región. Con la reconstrucción de Gaza y la apertura de fronteras para la libre circulación de personas y bienes en el horizonte, este acuerdo dispone el escenario para un cambio transformador tras años de enfrentamientos. La comunidad internacional observa atentamente, esperanzada en que este sea el comienzo del fin de uno de los conflictos más prolongados y desgarradores del siglo XXI.
