Los cambios que se perciben en la parrilla no son fruto de una improvisación. Cada uno de estos ajustes de minutos se ha hecho tras una estudio exhaustivo de los hábitos de consumo de la audiencia. De hecho, RTVE se ha dado cuenta que, después de Telediario y del Tiempo, el público busca contenido de actualidad antes de lanzarse una historia de ficción.
Así, ‘Malas Lenguas’ se erige como la perfecta transición: su tono dinámico y la vertiente político-social hacen calentar la serie para las ficciones. No es casualidad que esta supere a su predecesor en cuota: su éxito constata la razón de su subida a La1.
Pero no todo acaba aquí, porque el difícil reto radicaba en mantener el equilibrio entre las dos ficciones estrella: Valle Salvaje y La Promesa. Si bien compiten por el mismo público, no lo hacen por el mismo perfil.
La primera va dirigida a un público familiar y rural, y la segunda va seduciendo a un público que busca la historia dramática con pinceladas de intriga palaciega. El leve desplazamiento de Valle salvaje a las 17:20 h permite captar una parte de la gente que todavía no ha acabado sus quehaceres diarios en las horas previas a la cena, mientras La Promesa, con horario de pre-cena, tiene la garantía de una audiencia más relajada.
La cadena ha encontrado el punto dulce: no demasiado temprano para perder a los trabajadores, ni demasiado tarde para pelear por el minuto con el prime time. Luego se presenta ‘El Club de la Promesa’, la sorpresiva, la joya inesperada en un modelo en el que la narrativa comienza y termina sin regresar. Aquello que se proponía como mera y simple experiencia se ha convertido en una inversión de futuro y en un atractivo para los fans más inquebrantables.
Con análisis de vestuario, entrevistas a los actores, curiosidades e informaciones históricas, el espacio ha conseguido uno de los milagros más extraños de una televisión inquieta y más dispuesta a ofrecer el procedimiento de hacer televisión en lugar de caer en la seducción general de una fiel audiencia para un contenido totalmente definido de antemano. En el contexto de una cultura con fórmulas de difusión menos que convencionales, la televisión pública ha hecho constar, una vez más, que existe público y demanda para los abordajes bien construidos.