La Plaza de la Virgen de las Lágrimas en Ciudad Real ha sido dedicada al Padre Castro, en un emotivo acto en el que el alcalde de la ciudad, Francisco Cañizares, y el presidente del cabildo de la Catedral, Bernardo Torres, descubrieron una placa conmemorativa en honor a este destacado personaje.
El alcalde destacó la importancia del Padre Castro como una figura clave en la historia de la ciudad, resaltando su labor en pro del prójimo y su profundo amor a Dios. Durante más de una década, el Padre Castro fue párroco de Santiago y su legado sigue siendo recordado y valorado en Ciudad Real.
En el acto de dedicación de la plaza, se contó con la presencia de numerosos miembros de la corporación municipal, representantes del ámbito religioso, Hermandades de Semana Santa y diversos sectores de la sociedad local. Todos reunidos para rendir homenaje a la memoria de un hombre que dedicó su vida al servicio de los demás y al bienestar de la comunidad.
Previo al descubrimiento de la placa, Francisco Blanco, promotor de la iniciativa de dedicar un espacio en la ciudad al Padre Castro, destacó algunos de los logros y obras en las que el párroco estuvo involucrado, como la llegada de las Hermanas de la Cruz para atender a los enfermos pobres, la creación de la Ciudad de Matrimonios Ancianos y la construcción de la primera guardería para los hijos de trabajadores del barrio.
El compromiso de la corporación municipal de Ciudad Real de mantener viva la memoria de aquellos que han dejado una huella significativa en la ciudad, refleja el profundo respeto y gratitud hacia quienes contribuyeron al desarrollo y bienestar de la comunidad. La dedicación de la Plaza de la Virgen de las Lágrimas al Padre Castro es un gesto simbólico pero poderoso, que recordará por siempre la importancia de su legado en la historia y la identidad de Ciudad Real.