En un acontecimiento que ha estremecido al núcleo de la seguridad nacional en Washington, un hombre ha sido detenido en las inmediaciones del Capitolio de Estados Unidos, armado de manera peligrosa con un cuchillo y dos cócteles molotov. El detenido, identificado como Ryan English, tenía un plan premeditado para atentar contra la vida del recién nombrado secretario del Tesoro, Scott Bessent; así como amenazas dirigidas hacia el secretario de Defensa, Pete Hegseth, y el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson.
La detención se produjo el lunes, cuando English se aproximó voluntariamente a los oficiales que custodiaban el principal edificio legislativo, entregándose a las autoridades. Según los documentos judiciales obtenidos por ABC News, se halló entre sus pertenencias una nota que destilaba su descontento y motivación: «Es terrible pero no puedo no hacer nada mientras los nazis matan a mis hermanas».
La investigación revela que English había viajado desde Massachusetts a Washington el domingo, con la clara intención de perpetrar su plan. Inicialmente, confesó su deseo de «matar a Scott Bessent». Durante los interrogatorios subsecuentes, también admitió su intención de atacar a Johnson y Hegseth, a quienes el detenido describía despectivamente como «nazis».
El sospechoso adquirió varias botellas de vodka con el objetivo de convertirlas en cócteles molotov para lanzarlas contra Bessent, y no descartaba la posibilidad de acercarse lo suficiente para apuñalarlo. Además, su esquema incluía la disposición de asesinar «al menos» a tres policías del Capitolio para llegar a su objetivo principal, aún sabiendo que podría ser abatido por las fuerzas de seguridad.
Este incidente se produce en un momento de alta tensión en la capital estadounidense, justo un día después de que el Senado confirmara a Scott Bessent como el nuevo secretario del Tesoro. Los hechos han levantado nuevamente cuestiones sobre la seguridad de los funcionarios públicos y los protocolos en los recintos gubernamentales para prevenir tales amenazas.
Las autoridades continúan investigando el caso, buscando entender mejor las motivaciones detrás de este plan violento y asegurarse de que no haya más amenazas pendientes. Este suceso ha demostrado una vez más la importancia de la vigilancia y la cooperación entre las agencias de seguridad para proteger la integridad de las instituciones democráticas y sus representantes.
