Las fuertes lluvias que azotaron la localidad albaceteña de Letur han dejado un rastro de devastación, y los testimonios de varios afectados reflejan la magnitud de la tragedia vivida este martes. Carlos Martínez, un joven de 29 años, compartió su experiencia impactante con Europa Press. Relata cómo se sintió afortunado de haber escapado del torrente «por un milagro». Justo al cerrar su estanco en el centro de Letur, fue testigo del desbordamiento del agua: «Vi un ciclón de agua marrón venir hacia abajo». Sin tiempo para alertar a nadie, logró escapar a duras penas mientras lloraba y rezaba por aquellos que no tuvieron la misma suerte.
El negocio de Carlos, ubicado en la zona turística más afectada, sufrió daños irreparables. Aunque lamenta la pérdida de su tienda, destacó que lo primordial es la búsqueda de los desaparecidos: «La DANA se lo ha llevado todo, ha sido una ruina. Pero al menos estoy bien».
Por otro lado, un matrimonio israelí, que había llegado a España el viernes para disfrutar de unas vacaciones y hacer senderismo, vivió momentos de gran tensión. Al notar que el nivel del agua del río aumentaba rápidamente, decidieron regresar a Letur para buscar refugio. Sin embargo, se encontraron con una cascada surgida del propio pueblo y, tras pasar la noche en un centro de acogida, ahora esperan instrucciones de las autoridades. «Nuestro coche, con todas nuestras pertenencias, estaba en el casco antiguo. No hay ni rastro de él», expresaron con preocupación.
Los vecinos de Letur identifican las 13.45 como la hora más crítica del desbordamiento. Irene Ruiz, de 42 años, relató que estaba comiendo con sus padres cuando recibió una llamada alertándole sobre la situación de su casa. «Me avisó una vecina de que mi casa estaba desbordada», comentó. Su suegra y su cuñado quedaron atrapados en una casa vecina durante horas hasta que los equipos de rescate pudieron rescatarlos. El agua ha causado daños severos en su hogar, que ahora presenta un panorama desolador: «Esto es un barrizal, todas las puertas de mi casa están reventadas y hay fango por todos lados».
Otro vecino, Jesús Amores, de 57 años, se encontraba en Hellín al enterarse de la devastación en Letur. Él, que es propietario del restaurante El Castillo, describió cómo al acercarse a su localidad vio el agua desbordándose por encima de las casas. Su negocio también ha quedado completamente destruido. «No podemos ni acercarnos al centro de la ciudad, está todo devastado. El pueblo va a tardar años en recuperarse de esto, y no solo por los daños materiales», lamentó.
La comunidad de Letur enfrenta momentos de desesperación y lucha por recuperarse tras el paso del temporal, mientras continúan las labores de búsqueda y el recuento de los daños.
