Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid han publicado un estudio en la revista ‘Journal of Archaeological Science: Reports’, en el cual exponen el análisis de herramientas recuperadas en la Cueva de los Toriles de Carrizosa, ubicada en Ciudad Real. Este estudio revela la práctica de caza y procesamiento de alimentos que datan de hace más de 100.000 años, lo que proporciona una nueva perspectiva sobre la vida de los primeros seres humanos en la región.
El equipo científico, que incluye a la arqueóloga Sara Díaz y el paleoantropólogo Daniel García, ha identificado una variedad de utensilios de piedra, como lascas y núcleos. Estas herramientas presentan un uso especializado para la obtención de carne y la manipulación de recursos vegetales, lo que sugiere que los grupos humanos de la época contaban con un conocimiento avanzado de su entorno y una organización social compleja.
Situada en el corazón de la provincia de Ciudad Real, la Cueva de los Toriles de Carrizosa se integra en un conjunto de yacimientos clave que enriquecen la comprensión del Paleolítico Medio en la Península Ibérica. Según un comunicado del Ayuntamiento de Carrizosa, este estudio subraya la importancia de la provincia como un enclave estratégico para la investigación prehistórica. El análisis de las herramientas líticas proporciona información valiosa sobre la tecnología, hábitos alimenticios, interacciones sociales y la capacidad de adaptación de estos grupos ante las fluctuaciones climáticas y ecológicas que caracterizaban el Pleistoceno Medio.
El hallazgo ha permitido a los investigadores establecer conexiones entre los grupos humanos de la zona y otras poblaciones europeas contemporáneas, a través de la comparación con otros yacimientos. La investigación no solo añade significado a la historia local, sino que también destaca el papel de Ciudad Real como una zona clave para entender la prehistoria.
El alcalde de Carrizosa, Pedro Antonio Palomo, expresó su satisfacción por los hallazgos e indicó que estos descubrimientos son fundamentales para la historia de la localidad. Destacó que el trabajo arqueológico realizado en la Cueva de los Toriles por un equipo multidisciplinar de 12 personas ha permitido encontrar evidencias de ocupación humana que datan del final del Neolítico y principios de la edad del Cobre, así como restos de ocupación en épocas romana y medieval. Estos hallazgos juegan un papel crucial en la preservación del patrimonio arqueológico y la comprensión de los orígenes de nuestra especie.