Este domingo, 8 de octubre, Herencia se suma a la conmemoración del Día Internacional de la Dislexia, iluminando de color azul turquesa sus icónicos molinos en un gesto simbólico de solidaridad y visibilización de esta prevalente dificultad específica del aprendizaje.
La dislexia es una dificultad del aprendizaje que afecta la capacidad de una persona para leer, escribir, y ortografiar. Aunque es reconocida a nivel global y afecta aproximadamente al 10% de la población, existe todavía un notable desconocimiento sobre su naturaleza, impacto y estrategias de afrontamiento. Esta condición no está relacionada con la falta de inteligencia o desgana por aprender; de hecho, las personas con dislexia poseen una inteligencia promedio o superior al promedio y, frecuentemente, se destacan en áreas creativas y de resolución de problemas.
El Día Internacional de la Dislexia no solo busca visibilizar esta dificultad, sino también enfocar la atención pública sobre la importancia de reconocerla y abordarla de manera adecuada. Herencia, con la iluminación azul turquesa de los molinos, pretende simbolizar el apoyo y la inclusión para aquellas personas que enfrentan este desafío, enviando un mensaje positivo sobre la importancia de la empatía, la comprensión y el respaldo comunitario en la experiencia educativa de todos los ciudadanos.
La lucha contra la dislexia implica un abordaje multidisciplinario que involucra a docentes, psicopedagogos, familias y, por supuesto, a la propia sociedad. La promoción de estrategias educativas inclusivas y el fomento de un entorno de aprendizaje enriquecedor y adaptativo son esenciales para permitir que las personas con dislexia puedan desarrollar sus habilidades y potencial al máximo.
Iniciativas como la llevada a cabo por Herencia resaltan la importancia de promover entornos inclusivos y de respetar las distintas formas de aprender y procesar la información. El acto de iluminar los molinos no solo simboliza la luz que se arroja sobre la dislexia, sino también la esperanza de que cada acción de este tipo pueda contribuir a construir un futuro en el que cada individuo, con sus particularidades y talentos, sea valorado y apoyado en su trayectoria educativa y vital.
Que el azul turquesa de los molinos ilumine no sólo la estructura física, sino también la consciencia colectiva, propiciando espacios de diálogo, formación y acción dirigidos a construir un entorno más justo, comprensivo e igualitario para todos, independientemente de las diferencias en el aprendizaje.