A una semana de la despedida de «La familia de la tele», el programa que buscaba revolucionar las tardes de La 1 de Televisión Española con María Patiño al mando, el balance final se tiñe de desilusión tras no alcanzar los resultados esperados en audiencia. Desde su lanzamiento, este espacio estuvo rodeado de controversias, principalmente por la incorporación de figuras reconocidas de «Sálvame», como David Valldeperas en el equipo directivo, lo que generó un rechazo casi instantáneo entre los espectadores.
La expectativa era alta, y la presión por conseguir buenos resultados, aún mayor. La televisión es un medio donde el éxito o fracaso de un programa puede ser tan volátil como el interés del público, y «La familia de la tele», formidable en su concepto e intento por innovar, no logró calar hondo en las preferencias de la audiencia nacional.
Los colaboradores, muchos de ellos rostros conocidos y otros tantos veteranos en el medio, han sido el foco de atención para los periodistas, buscando entender de primera mano el porqué de este inesperado final. Núria Marín, anterior presentadora de «Cazamariposas» en Divinity, reflexiona sobre esta experiencia, aludiendo al constante interés mediático que el programa ha suscitado incluso después de su cancelación. “El éxito en televisión es muy difícil y aunque la audiencia no ha acompañado, debo decir que yo no he visto más titulares de otro programa que de ‘La familia de la tele’, porque ya está fuera de antena y se sigue hablando todo el rato de ellos. O sea, que igual no se ha hecho todo tan mal,» explicaba Marín en su reciente entrevista para Bluper.
Esta misma línea de pensamiento resuena en las palabras de los demás colaboradores que, a pesar de no encontrar la fórmula mágica para enganchar a los televidentes, valoran el esfuerzo y la pasión invertida en el proyecto. «Sí que he podido vivir cómo estaba yendo todo y hablando con los compañeros, puedo decir que no ha sido fácil. No hemos encontrado esa fórmula, no ha funcionado, no nos han comprado y ya nos han cancelado. A la próxima, ¿no?», expresaba Marín, destacando el inquebrantable vínculo entre los miembros del equipo, unidos más allá de las cámaras.
El adiós de «La familia de la tele» marca el fin de una era que, aunque breve, deja tras de sí importantes lecciones sobre la impredecibilidad de la televisión y los retos de conectar con una audiencia cada vez más diversificada y exigente. La historia de este programa es un reflejo de la industria: cambiante, desafiante y siempre en busca de esa conexión especial con el público.