En un inesperado incidente, el helicóptero asignado para el traslado del presidente iraní, Ebrahim Raisi, realizó un «duro aterrizaje» durante el fin de semana, según informes de la televisión estatal y medios internacionales. Este aterrizaje forzoso fue provocado por adversas condiciones climáticas, caracterizadas por lluvias intensas, que complicaron la maniobrabilidad de la aeronave. Según las autoridades, tanto el presidente Raisi como los demás pasajeros están siendo activamente buscados en una operación complicada por el mal tiempo, incluyendo lluvia, viento y neblina que obstaculizan la visibilidad y dificultan los esfuerzos de rescate.
Entre los pasajeros se encontraban figuras notables como el ministro de Asuntos Exteriores, Hossein Amirabdollahian, y el gobernador de Azerbaiyán del Este, junto a otros oficiales de alto rango. El grupo viajaba en varios helicópteros hacia la provincia de Azerbaiyán del Este, cuando uno de ellos fue obligado a realizar un aterrizaje de emergencia cerca de la ciudad fronteriza de Jolfa, durante un vuelo que seguía a la inauguración de una presa en Azerbaiyán junto al presidente Ilham Aliyev.
El ministro del Interior, Ahmad Vahidi, comunicó a la televisión estatal que múltiples equipos de rescate han sido desplegados para localizar el helicóptero accidentado, pero subrayó que el mal clima y la neblina están retrasando significativamente la operación.
Este incidente resalta las dificultades enfrentadas por Irán con respecto a la mantención y reparación de su flota de helicópteros, que data de antes de la Revolución Islámica, debido a las sanciones internacionales que pesan sobre el país. Este trasfondo contextual agrega una capa de complejidad a las operaciones aéreas en territorio iraní, donde tales condiciones adversas pueden tener consecuencias especialmente graves.
Ebrahim Raisi, visto como un personaje cercano al líder supremo Ali Jamenei y como un potencial sucesor de este, ha tenido una prominente ascendencia dentro de la estructura política iraní. Nacido en una familia de clérigos en Mashhad, Raisi se ha distinguido tanto por su participación activa en la Revolución Islámica de 1979 como por su carrera dedicada a robustecer el régimen, a través de su papel en diversas instituciones judiciales y legales del país.
Su reciente viaje por Azerbaiyán del Este y el subsiguiente accidente aéreo ha ocasionado preocupaciones dentro y fuera de Irán, no solo por su estado de salud y el de sus acompañantes, sino también por el impacto que este evento podría tener en la ya complicada situación política y diplomática de la región. Además, en estas circunstancias, la resiliencia de Raisi y su capacidad para navegar las turbulentas aguas de la política iraní e internacional será puesta a prueba una vez más.