En un anuncio que marca otro avance hacia la paz en el conflicto entre Israel y Gaza, Las Brigadas Al Qasam, brazo armado de Hamás, han confirmado la liberación de cuatro mujeres soldado israelíes prevista para este sábado. Este gesto forma parte del acuerdo de alto el fuego y concierne a Liri Albag, Karina Ariev, Daniella Gilboa y Naama Levy, todas en sus veinte años. Sin embargo, la quinta rehén, Agam Berger, permanecerá en cautiverio por ahora.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, a través de la Oficina del Primer Ministro, informó que Israel ha recibido una lista de mujeres secuestradas y que se revelará una respuesta en breve. Además, Israel se compromete a liberar a 50 prisioneros palestinos por cada mujer soldado liberada, sumando un total de al menos 200 prisioneros palestinos que recuperarán su libertad este sábado.
Detalle notable del acuerdo es la exigencia de que 120 de los liberados sean palestinos condenados a cadena perpetua, mientras que el resto enfrenta condenas severas. Esta medida ha generado controversia y debate, pero también refleja la complejidad de las negociaciones entre las partes.
El Foro de las Familias de Rehenes y Desaparecidos ha expresado su alivio y felicidad ante el anuncio de la liberación de las cuatro jóvenes, quienes han estado en cautiverio durante 477 días. La organización se compromete a seguir luchando hasta que el último de los rehenes sea liberado, destacando la unidad y resolución de la nación en este propósito.
Las mujeres, que servían como observadoras en la base militar de Nahal Oz cerca de la frontera con Gaza, fueron capturadas durante un ataque coordinado por Hamás el 7 de octubre de 2023, que resultó en la muerte de casi 1.200 personas y el secuestro de 251. Este evento subraya los peligros que enfrentan aquellos en la línea del frente y la naturaleza volátil de la región.
Mientras la liberación de las soldados es bienvenida, la situación sobre el terreno sigue siendo tensa. Quedan aún rehenes en Gaza, y el acuerdo de alto el fuego es un recordatorio constante de la fragilidad de la paz en la región. La comunidad internacional sigue atentamente, esperando que este acto de buena voluntad contribuya a una disminución duradera de la hostilidad y un paso hacia la reconciliación entre Israel y Gaza.
