Los residentes de Sotoca de Tajo, un pequeño municipio situado cerca de la central nuclear de Trillo en Guadalajara, están enfadados por la falta de cobertura móvil en la zona. Esta falta de cobertura les impide comunicarse incluso con el servicio de emergencias 112 en caso de una situación de emergencia.
Durante el invierno, la población de Sotoca de Tajo apenas llega a los 20 habitantes, pero en verano puede llegar a los 200 habitantes o más. Sin embargo, muchos de ellos están considerando dejar el pueblo debido a su falta de conexión, a pesar de estar a solo una hora de Guadalajara. Se sienten claramente desconectados de la España moderna.
José María Utrilla, el alcalde pedáneo, afirma que «no es normal que se permita que un pueblo tan pequeño muera así». Se queja de que incluso los niños ya no quieren venir al pueblo porque no pueden usar WhatsApp para comunicarse con sus amigos. Según él, situaciones como estas hacen que los pueblos sean abandonados o se vuelvan más pequeños, ya que los residentes no pueden trabajar desde casa y deben ir a Cifuentes para hacerlo.
«No estamos tratando de culpar a nadie, pero necesitamos soluciones. Nos hablaron mucho sobre la España despoblada, pero parece que no nos importa a nadie», declara Utrilla con irritación. Se pregunta por qué los pequeños municipios como el suyo siguen teniendo estas «lagunas tecnológicas» cuando «están lanzando satélites al espacio». Reitera que no hay nadie que se preocupe por ellos.
Además, los pocos teléfonos públicos que quedan en el pueblo están siendo retirados. El Centro Social ya no tiene teléfono y los residentes deben caminar un kilómetro o subir una colina para obtener cobertura de otro receptor y poder hablar por teléfono. El alcalde está frustrado porque, aunque les prometieron tener cobertura en verano, la situación no ha mejorado. Lamenta que en casos de incendio, accidente o emergencia sanitaria no puedan llamar a nadie. Recuerda que el año pasado, cuando un niño se cayó del escenario y se cortó, no pudieron llamar a una ambulancia y tuvieron que llevarlo a toda prisa en un coche particular.
Además, hay hijos que no quieren dejar a sus padres mayores solos en el pueblo porque no pueden comunicarse con ellos por teléfono. Los residentes están indignados y tienen miedo a pesar de vivir en el siglo XXI.
El alcalde de Cifuentes, Marco Campos, tiene la intención de visitar el pueblo esta semana para dar explicaciones sobre la situación. Por su parte, José Luis Escudero, el nuevo delegado de la Junta en Guadalajara, espera que el problema se resuelva antes de fin de año. Escudero ha mantenido conversaciones con la operadora y hay un compromiso para invertir en infraestructura. Tanto el Ayuntamiento como el Gobierno regional están comprometidos en solucionar este problema en Sotoca de Tajo.
