En el Campus de Cuenca de la Universidad de Castilla-La Mancha, un renovado homenaje a la icónica obra de Pablo Picasso, «Guernica», se ha llevado a cabo con el fin de transmitir un mensaje de solidaridad hacia Palestina. A través de esta reinterpretación, la mundialmente conocida pintura ha sido plasmada con los colores de la bandera Palestina. El mural fue completado oportunamente para el 26 de abril, aniversario del bombardeo de Guernica en 1937, perpetrado por la aviación nazi y fascista, suceso que originalmente inspiró la obra de Picasso.
Las artistas Shole, Crispy y Sara han sido las creadoras de este proyecto artístico, el cual comenzó a tomar forma en noviembre pasado tras el incidente en Sant Cugat del Vallès, donde un mural similar fue eliminado de un colegio por alegaciones de fomentar el odio. Motivadas por la censura de la obra, estas conquenses se unieron para proponer la idea a la universidad, logrando establecer un proyecto colaborativo entre los estudiantes de Bellas Artes y el grupo local «Cuenca con Palestina», que lidera las muestras de apoyo a Palestina frente a la situación con Israel.
El mural no solo refleja una versión del «Guernica» teñida de las tonalidades palestinas, sino que también incluye versos de la poeta palestina Suheir Hammad. Sus palabras, integradas en la obra, expresan un enérgico rechazo a la violencia, un eco de la resistencia que pretende resonar más fuerte que los tambores de guerra.
Shole, hablando en representación del grupo, subraya que el propósito de esta iniciativa es dar visibilidad a un conflicto que, a su juicio, no ha recibido la atención adecuada. Las promotoras vinculan la violencia retratada en el «Guernica» original con la situación actual en Palestina, la cual describen como un genocidio que se desarrolla bajo un velo de manipulación política y mediática.
Así, la universidad no solo se convierte en un espacio de aprendizaje académico, sino también en un escenario donde el arte sirve como un poderoso canal de expresión política y social. Esta acción artística se erige como un recordatorio de la capacidad del arte para desafiar la censura y alentar la reflexión sobre los sucesos internacionales relevantes.