En un hito sin precedentes que marca un posible cambio en el panorama político de Oriente Medio, catorce facciones palestinas, incluidas las tradicionalmente rivales Hamás y Fatah, han anunciado la formación de un «Gobierno de unidad nacional temporal». Este gobierno temporal tendrá autoridad sobre todos los territorios palestinos, incluidos Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este. El acuerdo, que se firmó durante una cumbre de reconciliación en China, representa un esfuerzo significativo por parte de las facciones palestinas para unificar y fortalecer su posición frente a Israel.
El acuerdo estipula que el gobierno se formará bajo el consenso de las 14 facciones involucradas y bajo la dirección del actual presidente, y operará conforme a la Ley Básica Palestina. Entre las facciones firmantes del acuerdo también se encuentran la Yihad Islámica, el Frente Popular para la Liberación de Palestina (PFLP) y el Frente Democrático para la Liberación de Palestina (DFLP), lo que demuestra un nivel de unidad sin precedentes entre los diversos grupos palestinos.
El comunicado destaca el objetivo compartido de unificar los esfuerzos nacionales para poner fin a la guerra en Gaza y la agresión israelí, reafirmando el derecho del pueblo palestino a resistir a la ocupación conforme al derecho internacional. Este acuerdo también se hace eco de una reciente opinión de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), que confirmó la ilegalidad de la presencia, ocupación y asentamiento israelíes en Cisjordania y Jerusalén Este.
La intervención de potencias internacionales como Egipto, Algeria, China y Rusia ha sido crucial para el éxito de estas negociaciones, que buscan no solo acabar con las divisiones internas entre las facciones palestinas sino también establecer las bases para la creación de un Estado palestino independiente con capital en Jerusalén, en línea con las resoluciones 181 y 2334 de las Naciones Unidas.
Este acuerdo se presenta como un claro desafío a las políticas y expansiones israelíes de años recientes, especialmente después de que Israel otorgara a sí mismo poderes administrativos en la «zona B» de Cisjordania, debilitando aún más la autonomía de la Autoridad Palestina. Este es un momento crucial para el pueblo palestino, ya que buscan no solo poner fin al bárbaro asedio de Gaza y Cisjordania sino también asegurar la entrada de ayuda humanitaria y médica sin restricciones.
Mientras estos desarrollos sugieren un posible avance hacia la paz y la autodeterminación, también ilustran la creciente impopularidad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y del presidente Mahmud Abás, quien ha sido criticado por nepotismo, autoritarismo y corrupción. Este nuevo acuerdo de unidad representa un intento significativo de superar dichas divisiones y fortalecer la respuesta palestina frente a Israel y su política de asentamientos, que continua violando el derecho internacional.
