Greenpeace sobrevuela en globo una macrogranja en Hellín (Albacete) para exigir el fin de la ganadería industrial

Greenpeace sobrevuela en globo una macrogranja en Hellín (Albacete) para exigir el fin de la ganadería industrial

Greenpeace sobrevuela en globo una macrogranja en Albacete (Hellín) para exigir el fin de la ganadería industrial porque es perjudicial para el medioambiente, las personas y los animales y el compromiso de los partidos políticos con este objetivo en las próximas elecciones municipales y autonómicas.

Coincidiendo con la celebración de San Valentín, el globo lleva el mensaje ‘Make love, not macrogranjas’ (‘Haz el amor, no macrogranjas’), la ONG exige a los partidos políticos que concurren a las próximas elecciones incluyan en sus programas electorales la apuesta por una moratoria a la ganadería industrial y por la reducción de la cabaña ganadera en intensivo.

Los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, España cuenca con el mayor censo de cerdos de la UE: son las explotaciones más grandes las que más aumentan, un 34,37 por ciento más que en 2014.

Sobre una granja de cerdos de CEFU en Hellín (Albacete), Greenpeace denuncia el «nefasto modelo de ganadería industrial» que sigue imperando en España, pide poner freno a su expansión y reducir la cabaña ganadera en intensivo.

«Esto no es amor, es una maldita macrogranja», reza otra de las pancartas que han sobrevolado la instalación que ya fue elegida por Greenpeace en 2019 para realizar su primera protesta contra la ganadería industrial.

El macrocomplejo de la industria cárnica está compuesto por 12 núcleos con capacidad para unos 150.000 animales. Greenpeace denuncia la «ingente cantidad de excrementos» producida, de acuerdo con las balsas que tiene el complejo ganadero.

Según la ONG este volumen «no tiene parangón en el resto de España», ya que almacenan millones de litros de purines que advierte que «terminarán en los campos agrícolas de los alrededores, convertidos en auténticos vertederos, y finalmente contaminando las aguas subterráneas, nuestras reservas del futuro».

El responsable de agricultura y ganadería de Greenpeace, Luis Ferreirim, considera que «el planeta necesita más amor y menos macrogranjas» pero lamenta que pese a las «graves consecuencias» de la ganadería industrial, se siguen presentando, de forma «casi continua», nuevos proyectos de macrogranjas, principalmente de porcino.

Ferreirim recuerda que hace un año las macrogranjas estuvieron en boca de casi todos los responsables políticos y ahora que se acercan las nuevas elecciones considera que es un buen momento para incluir en los programas electorales la apuesta por una moratoria a la ganadería industrial y por una reducción de la cabaña ganadera en intensivo.

«Los imperativos de la agroganadería industrial no pueden seguir prevaleciendo sobre la salud pública y el medio ambiente. Es el momento de cambiar esto para hacer frente a la crisis ambiental en la que estamos inmersos», ha concluido.

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