En su última aparición en «Pasapalabra», Gonzalo Miró enfrentó una situación desafiante que lo llevó a expresar que nunca había experimentado algo similar. Durante la sección «La Pista», donde los participantes deben adivinar canciones, Miró y su compañera de equipo, Abril Zamora, se encontraron con dificultades para reconocer temas de los años setenta, una era musical que les resultó ajena.
A pesar de las altas expectativas de Miró para su tercera y última visita al programa, se vio relegado a participar en el último lugar de las pruebas por decisión de su equipo, liderado por Óscar. La frustración de Miró alcanzó su punto máximo cuando, a pesar de escuchar fragmentos de la canción y recibir pistas adicionales del presentador Roberto Leal, ni él ni Zamora lograron identificar correctamente el tema musical.
El episodio no solo reflejó los retos que pueden surgir en juegos de conocimiento y memoria como «Pasapalabra», sino también el espíritu de equipo y la camaradería entre los participantes. A pesar de su desánimo, Miró recibió palabras de ánimo de otros competidores, Óscar y María Hervás, quienes intentaron levantarle el ánimo tras su desafortunado turno.
Este incidente subraya la imprevisibilidad y el desafío que caracterizan a «Pasapalabra», resaltando cómo el programa pone a prueba no solo el conocimiento de los participantes, sino también su capacidad para manejar la presión en momentos críticos. La experiencia de Miró ofrece una lección de humildad y resiliencia, mostrando su vulnerabilidad y humanizando a aquellos que, desde el otro lado de la pantalla, pueden parecer infalibles.