En un giro sorpresivo que ha sacudido al panorama musical español, La Oreja de Van Gogh anunció la salida de su vocalista, Leire Martínez, con quien la agrupación ha compartido escena durante los últimos 17 años. La noticia, que se ha esparcido esta semana como reguero de pólvora, ha captado la atención mediática por las circunstancias poco claras que rodean este cambio en la formación del icónico grupo.
Las declaraciones de Martínez tras su partida han añadido más leña al fuego. «Yo no he firmado nada», expresó la cantante navarra, sugiriendo que su salida no fue consensuada. Este comentario ha desencadenado una avalancha de especulaciones y reacciones entre el público y los medios, poniendo en entredicho la naturaleza de su salida del grupo.
La controversia ha tocado incluso a personalidades fuera de la banda, como Gonzalo Miró, conocido por su relación pasada con Amaia Montero, anterior vocalista de La Oreja de Van Gogh. A pesar de su usual discreción sobre temas relacionados con Montero y el grupo, Miró compartió su perspectiva sobre el asunto en el programa Más Vale Tarde de La Sexta, dejando entrever la complejidad de la situación.
Con una voz medida pero reveladora, Miró destacó la importancia de reconocer el difícil momento por el que atraviesa la banda en vísperas de su 30 aniversario. Sin pronunciarse directamente sobre un posible regreso de Amaia Montero, defendió al grupo de las críticas y rumores, recordando que fue la misma banda quien buscó a Martínez tras su destacada participación en un programa de televisión.
La discusión sobre Martínez y Montero inevitablemente llevó a Miró a criticar las constantes comparaciones entre ambas, calificándolas de innecesarias y superficiales. El colaborador enfatizó que las decisiones internas del grupo seguramente se basan en una multitud de factores más allá de eventos públicos o colaboraciones musicales particulares.
Aunque la noticia de la partida de Martínez de La Oreja de Van Gogh y el posterior debate en torno a la posible vuelta de Montero ha reavivado el interés por la banda, subraya también una etapa de incertidumbre y cambio. Con el futuro artístico del grupo en la balanza, queda por ver cómo se adaptará La Oreja de Van Gogh a esta nueva era sin una de sus voces más emblemáticas de los últimos años.