Un total de 65 trabajadoras y trabajadores de las viviendas de mayores de Guadalajara han participado en las jornadas de formación promovidas por el Gobierno regional con el objetivo de ofrecer a las y los profesionales de estos recursos las herramientas, conocimientos y habilidades necesarias para garantizar la mejor atención a los usuarios del servicio.
Estas jornadas se enmarcan en el Programa de Formación Continuada para las Viviendas de Mayores puesto en marcha por el Gobierno de Castilla-La Mancha y en esta ocasión han versado sobre la importancia del trabajo en equipo para garantizar la toma de decisiones eficaces y la resolución de posibles conflictos desde el diálogo y de manera coordinada.
Así lo ha manifestado el director provincial de Bienestar Social, José Luis Vega, quien ha participado en estas jornadas, donde ha destacado la importancia que este recurso tiene en la atención a las personas mayores cuando aún conservan cierto grado de autonomía. En este sentido, ha recordado que las viviendas de mayores son un recurso “de alojamiento y convivencia” destinado a un colectivo que está en condiciones de “permanecer en su entorno habitual y mantener su red de apoyo social, para lo cual sólo necesita apoyo y acompañamiento, que es el que se presta en estas viviendas”.
Así, José Luis Vega se ha referido a la apuesta que el Gobierno regional ha realizado a lo largo de la legislatura por este tipo de recursos, ya que estas viviendas “son clave” para permitir que las personas mayores sigan residiendo en su entorno habitual algo que, “además de favorecer su autonomía, contribuye a evitar el abandono de nuestros pueblos”.
En la provincia de Guadalajara hay actualmente 34 viviendas de mayores, con un total de 327 plazas a disposición de los usuarios, que actualmente cuentan con un grado de ocupación que ronda el 80 por ciento. El Gobierno regional financia estos recursos a través de subvenciones a los ayuntamientos y entidades locales de los municipios en los que hay viviendas.
El acceso a las viviendas de mayores se realiza a través de los Servicios Sociales de Atención Primaria. Las personas solicitantes han de cumplir una serie de requisitos, tales como tener 60 años o más, estar empadronado en Castilla-La Mancha o ser originario de esta comunidad y contar con un grado de autonomía suficiente para ser usuario de este tipo de recurso.