El vicepresidente segundo de la Junta de Comunidades de Castilla-la Mancha, José Manuel Caballero, enfatizó en su última intervención que la situación del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel difiere profundamente de la de otros espacios naturales como Doñana o el Mar Menor. Durante una rueda de prensa realizada el miércoles, el vicepresidente instó al Ministerio para la Transición Ecológica, a las organizaciones agrarias y a los grupos ecologistas a no trasladar directamente las medidas implementadas en dichas localidades al caso de Las Tablas de Daimiel.
La diferenciación hecha por Caballero surge en el contexto del inicio de las primeras reuniones de los tres grupos de trabajo constituidos conjuntamente por el Gobierno de Castilla-La Mancha y el Gobierno central. El objetivo de estos equipos es debatir y proponer soluciones a los desafíos que enfrenta la conservación del Parque Nacional.
Caballero comunicó el propósito de las mesas de trabajo, manifestando el compromiso de «recuperar» el espacio natural de Las Tablas de Daimiel, pero también de «garantizar la sostenibilidad» de las actividades agrarias y sociales en la comarca del Alto Guadiana. Advirtió que se buscarán acuerdos con el Gobierno de España pero recalcó que estos no se conseguirían «a cualquier coste». La realidad social y la importancia del parque nacional serán fundamentales en las negociaciones a seguir.
Respecto a la problemática hídrica y medioambiental que ha azotado al Alto Guadiana y a Las Tablas de Daimiel durante las últimas décadas, el vicepresidente recordó los múltiples intentos de encontrar soluciones viables, si bien reconoció que no se han podido implementar satisfactoriamente. A pesar de esto, señaló que las mesas de trabajo tienen la intención de «acertar» en la búsqueda de una solución definitiva.
Caballero finalizó su declaración remarcando la singularidad de Las Tablas de Daimiel, subrayando una vez más la inaplicabilidad de los acuerdos tomados en otros lugares. A modo de ejemplo, contrastó la escala de los espacios, mencionando que mientras Doñana abarca menos de 1.000 hectáreas, el Alto Guadiana engloba cerca de 300.000 hectáreas, evidenciando las diferencias significativas en los desafíos ambientales y de gestión entre las diferentes regiones.
