La Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural ha declarado un foco de Influenza Aviar en una explotación de gallinas de recría para consumo de carne en Pozo de Guadalajara, provincia de Guadalajara. Ante la sospecha inicial, se activó de inmediato el protocolo de actuación correspondiente, incluso antes de la confirmación oficial del Laboratorio Nacional de Referencia, para contener el posible foco y minimizar el riesgo de diseminación de la enfermedad.
El protocolo fue implementado en colaboración con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, así como con la Consejería de Sanidad y el propio sector, logrando una rápida respuesta desde el inicio de la sospecha. El Laboratorio Central de Veterinaria de Algete confirmó el pasado viernes que se trataba de una cepa del subtipo H5N1. Este lunes se caracterizará la patogenicidad del virus, lo que permitirá avanzar en la declaración del foco.
Desde el primer momento, se realizaron diversas acciones, como la inmovilización inmediata de la explotación afectada y de aquellas situadas en un radio de protección y vigilancia de tres y diez kilómetros, respectivamente. Dado el riesgo, se activaron medidas preventivas, que incluyeron el sacrificio y la destrucción de los 37.300 animales de la explotación así como la eliminación de materiales que pudieran albergar el virus.
Se han llevado a cabo encuestas epidemiológicas para determinar el origen del foco y detectar otras explotaciones que pudieran estar en riesgo debido al movimiento de personas, vehículos o animales. Estas investigaciones son clave para garantizar una respuesta rápida y evitar la propagación del virus.
En la zona restringida, se están realizando inspecciones clínicas y toma de muestras en las explotaciones avícolas cercanas, al tiempo que se refuerzan las medidas de bioseguridad. En estas explotaciones se han restringido también los movimientos de aves y productos avícolas.
Este lunes, la directora general de Ordenación Agropecuaria, Lydia Benítez, se reunió con representantes del sector para informar sobre el estado de la situación y solicitar la colaboración máxima en el refuerzo de las medidas de prevención y control.
Cabe destacar que, a pesar de la gravedad de la situación, no se considera que exista un riesgo para la salud pública de la población en general. La coordinación entre las consejerías de Agricultura y Sanidad ha sido constante desde el inicio de la alerta. El riesgo para los trabajadores que están en contacto con las aves afectadas es bajo, y no hay preocupaciones relacionadas con el consumo de carne de ave o huevos bien cocinados.
Finalmente, las autoridades han recordado la importancia de extremar las medidas de bioseguridad en las explotaciones avícolas de la península y la necesidad de comunicar cualquier sospecha de enfermedad en animales a los Servicios Veterinarios Oficiales de la Comunidad Autónoma correspondiente, para asegurar la detección temprana de nuevos focos y evitar así la expansión de la enfermedad.